ALMAS GEMELAS

Hola amigos. En mi anterior artículo, escribí una historia sobre un joven que, debido a tantos temores como albergaba en su interior, se perdió conocer a quien pudo haberle acompañado en esta vida y permitirle vivir la inigualable experiencia de compartir, la creación de alguien con un valor incalculable, como es un hijo.

Procuré darle a la historia, una salida, por parte del amor infinito de quien siempre nos acompaña, pero también concienciar del riesgo que corremos todos, cuando nos paraliza el miedo, muchas veces disfrazado de prudencia. Porque pienso, que saber diferenciar ambas consideraciones, es todo un arte. Y como confieso, que me encantan los retos que merecen la pena, voy a procurar transmitir un poco de ese arte, en mi reflexión a ese respecto.

Me voy a centrar en un punto concreto en el que creo, ya que son tantos los prejuicios que todos tenemos, que considero que es muy complicado ser capaces de identificar a la persona exacta con quien podemos compartir la responsabilidad de darnos por completo.

Por ello, mi propuesta son las SENSACIONES que nos transmite la gente, pero sobre todo, la PRIMERA. Porque considero que es la que está, menos intoxicada, por decirlo de alguna modo.

Cuando entramos en contacto con alguien, generalmente no nos dejamos llevar principalmente por ninguno de los sentidos que proporciona la materia de la que estamos formados. Por lo que es nuestro otro YO, el que mayoritariamente recibe un mensaje inapreciable por el resto de sentidos. Por eso pienso que ese es el instante más PURO.

Si en algún momento de vuestras vidas os habéis encontrado con alguien que os ha hecho sentir COMO EN CASA: Quizá ya os haya ocurrido. En la película “Algo para recordar”, con Meg Ryan y Tom Hanks, así sucede. Os la recomiendo, sobre todo si queréis entender mi hipótesis.

https://www.youtube.com/watch?v=NMFQdJDpGu4

Sin embargo tras ese momento MÁGICO, nuestros otros sentidos comienzan a desvirtuar ese instante inspirador y entran a formar parte nuestros MIEDOS, sostenidos por tantos prejuicios asimilados a lo largo de la vida, ante nuestras inseguridades y conflictos internos.

En consecuencia, suele ocurrir que lo más grande que hay en nuestro interior, hace tiempo, ya hizo su trabajo y nosotros lo fuimos lapidando. De tal modo, que si fuésemos capaces de no creer que vamos a vivir para siempre, haríamos el ejercicio de sentir que mañana mismo podríamos desaparecer de aquí y ese ser que nos marcó y está escondido en algún lugar de nuestro corazón, APARECERÍA con la consideración oportuna.

Quizá es mucho pedir que hagáis ese ejercicio de situaros en el límite, pero los grandes amores requieren grandes sacrificios y sinceridad. Si estáis dispuestos a encontrar aquello que deseáis en gran medida, creo que estas observaciones, os podrán ayudar. Incluso, a lo mejor, a valorar más lo que ya tenéis a vuestro alrededor. Porque a veces nos acostumbramos a vivir con la belleza y con el tiempo, a nuestros ojos, pierde su fulgor.

En todo caso me quedo con eso de; buscad y encontraréis, sin olvidar mirar, cerrando los ojos del miedo y los prejuicios y abriendo los del CORAZÓN.

LOVE, Carmen.

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Acerca de mcarmen

Maestra y Escritora de varias novelas: "Tras la estrella del atardecer" (2017) "Ella estuvo allí", "La llamada del comienzo", "Hacia el destino final". "La conquistadora guadalupana"(2016) "Con destino al valor" (libro juvenil) "Los magos de oriente existen" (libro juvenil) "El amor encuentra el modo" (relato corto) "Seducidios por el AUTÉNTICO PODER"(2020) "Relatos del Alma" (2021)

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