Hola amigos. Estos días me viene a la cabeza una preocupación sobre un tema tan importante como la igualdad de oportunidades para todos, ya que siento que cada vez más se nos escapa de las manos.
Hay muchas creencias falsas para acallar la conciencia a este respecto, como el consejo que solemos dar y darnos: la perseverancia. Lo cual no deja de ser una buena aptitud, pero enmascara generalmente, una triste realidad: la falta de recursos por parte de muchas personas, para conseguir su objetivo. Y nuestra aptitud ante quienes pudieran pedirnos su ayuda suele ser igualmente egoísta, ya que consideramos que bastante tenemos nosotros con nuestra lucha particular.
No es la primera vez que trato este tema, y supongo que no será la última, pues estamos acostumbrados a mirar hacia otro lado, y sólo cuando nosotros pasamos por lo mismo, nos sentimos suficientemente indignados como para entender la situación y ponerle nombre: INSOLIDARIDAD.
Es difícil cambiar una aptitud tan extendida, pero es obvio que si empezamos por nosotros mismos, se estará comenzando a crear el cambio. Yo hoy además, quiero tratar de mostrar, lo negativo que es para todos nosotros, no sólo para los más desfavorecidos e intentaré hacernos mirar a nuestro alrededor, para que empecemos a intentar ser más conscientes.
A nivel global, sabemos que los países o regiones más desarrolladas, ofrecen mejores servicios a sus ciudadanos, para darles la oportunidad de obtener una mejor formación y posterior promoción, aunque últimamente se esté dando otro fenómeno de esclavitud encubierta, ante la globalización, que exige adquirir la mayor productividad al menor coste posible. Pero esa es otra cuestión que espero compartir otro día con vosotros. Ahora me quedaré con la desigual de oportunidad que observamos a gran escala, entre países pobres y países ricos y entre regiones de un mismo país, por la falta de solidaridad.
Sin ir más lejos, este verano, me contaba un médico de Barbate, la trasformación negativa que sufrió su pueblo, en cuanto le quitaron la posibilidad de seguir subsistiendo de su mejor recurso, la pesca, por decisiones políticas, que ahora no vienen al caso. Pero tras quitar ese sustento, el pueblo comenzó a ganarse la vida “mu malamente” –como dirían ellos– y gracias a la buena voluntad por mejorar lo sustraído, la situación ha mejorado y da gusto ir por allí para disfrutar de sus bellos parajes y de sus amables gentes.
A nivel individual, cada día seguimos viendo millones de personas intentando huir de la pobreza y las guerras, en busca de las oportunidades que no se les han dado en sus lugares de origen. Y mirar hacia otro lado, para no ayudarles, es no ayudarnos a nosotros mismos, porque si generamos insolidaridad, se extenderá como una plaga y llegará a nosotros; un nosotros, que también deja mucho que desear, puesto que a pesar de formarnos para realizar una tarea concreta que crees poder hacer con entusiasmo, al final terminas trabajando donde puedes. Pero lo peor de todo, es el CONFORMISMO que presentamos ante esto.
No seré yo ahora, quien llame a la desobediencia para conseguir lo contrario. Ya tenemos bastante con los pretenciosos nacionalistas catalanes, buen ejemplo de insolidaridad. Pero sí me gustaría promover una RESISTENCIA común, que cree algo nuevo en nuestro entorno. Porque juntos podemos crear mucho más de lo que pensamos. Para ello, el APOYO es fundamental. A veces es cuestión de: COMPARTIR INFORMACIÓN, molestarnos en saber qué se NECESITA y qué podemos hacer al respecto… dar un pequeño empujón, a aquellos que lo tienen más difícil y acompañarles. De ese modo, provocaremos una cadena de actuación que nos despierte y propague un cambio justo en un mundo, habido de un poder, que se encuentra al alcance de todos cuando lo hacemos JUNTOS y trabajando por esa IGUALDAD DE CONDICIONES.
Sumando el talento convencidos de que el ser humano está por encima de la rivalidad, nada nos será imposible.
LOVE, Carmen.