Saludos amigos de mi blog, un día más, en donde la primavera hace acto de presencia y me ayuda a recordar, junto a las tradicionales celebraciones y procesiones, que estamos en Semana Santa.
Aunque también me lo recuerda un hecho que días atrás tuve en un encuentro pastoral donde se trató un tema, cuya definición no encontrareis en el diccionario, pero espero poder explicar, la MISTAGOGÍA.
Ver la Semana Santa a través de la MISTAGOGÍA es algo que me parece tan enriquecedor para los tiempos que nos toca vivir, que no podía dejarlo pasar. Porque tal y como nos recordó un sacerdote lleno de brío llamado Manolo, de alta estatura y melenas a lo Jesús de Nazaret, hasta a un tal Elí, cuando a su aprendiz Samuel, le llamaba el Señor, le costó reconocer que esa LLAMADA provenía, no de él, sino del Jefe Supremo. 1 samuel 3 8-10. Estamos sumergidos en el mundo y cuando Dios nos llama, ¿nos enteramos?
Esta pregunta y otras muchas relacionadas con los que allí estuvimos, surgieron por nuestra mente y corazón. Nos pusimos en cuestión porque JESÚS nos LLAMA desde el CORAZÓN con la fuerza del Espíritu Santo. Y ahora puede ser un buen modo de hallarle, REMEMORANDO los hechos que tuvieron lugar en su PASIÓN y RESURECCIÓN para DARNOS TODO DE ÉL.
Esto también nos llevó a observar, como desde la Iglesia tratamos de hacer muchas actividades y reuniones para preparar encuentros que al final no profundizan en este MISTERIO. Y TODOS tenemos SED de Él. Es como si tratásemos de acercar a los fieles, ante la fuerza de lo mundano, a una Iglesia atractiva, olvidando que la Iglesia ya tiene lo mejor en sí, a CRISTO.
Pero si no somos nosotros mismos capaces de SENTIR SU PRESENCIA en las innumerables ocasiones que se dan desde la MISA, presente en la EUCARISTIA, en el SAGRARIO, en su PALABRA y en nuestros corazones cuando nos reunimos para ESCUCHARNOS, AYUDARNOS SIN JUZGAR, ACEPTANOS, SERVIRNOS como Jesús lavó los píes de sus discípulos, la “Mistagogia” no se puede dar y es la BASE de nuestra FE.
Con todo este Misterio en el corazón, de ese Jesús hecho hombre para servirnos y que nos sirvamos los unos a los otros de igual modo, sabiendo que Él y sólo Él es el MAESTRO, esperemos saber transformarnos y con ello, transformar a una Iglesia que OFRECE lo que ES y no lo que en este mundo de locos se oferta, con la promesa de resolver unos problemas que sólo si los dejamos en manos de Dios, podrán llegar a buen puerto.
Por eso, para finalizar, os animo y me animo a PROFUNDIZAR en ese misterio recordando a nuestra Iglesia Universal, que no hay que tratar de ser otro, TÚ estás más cerca. Encuéntrate y sin darte cuenta estarás PROMOVIENDO que otros también lo hagan.
¡FELIZ ENCUENTRO MISTAGÓGICO EN SEMANA SANTA!
LOVE, Carmen.
