NO HAY CULPABLES

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Hola amigos, hace unos días una persona a la que aprecio mucho le estaba dando vueltas a la idea de la “culpa”. Yo ya he tratado sobre este tema en este blog, varias veces, pero hay muchas maneras de afrontarlo y todas necesarias e importantes, ya que tratar la CULPA es uno de nuestros mayores desafíos, al ser lo que principalmente nos separa.

Como ya comenté en anteriores ocasiones, si tenemos claro que estamos en contra de culpar, NO CULPEMOS. Es una tremenda INCOHERENCIA, estar en contra de algo que se hace.

Si no quieres que te culpen, no culpes, sin más,  y todos seremos más felices BUSCANDO SOLUCIONES que mejoren el camino, sin culpar a los que antes intentaron seguramente, hacerlo del mejor modo posible.

Yo creo que NO HAY CULPABLES; hay seres humanos errando al construir su saber. Creo que se llega a entender esto, cuando somos capaces de realizar varios ejercicios, no sólo el de la coherencia, si no también el del  AMOR hacía el prójimo, considerando a los demás, tal y como nos gusta a nosotros ser considerados, pero que habitualmente, se nos olvida hacer para con los demás.

Por eso creo que es mejor que dejemos de señalarnos y optemos por tratar de entendernos con ese amor incondicional que nunca debería abandonarnos si queremos lograr esa PAZ y HERMANDAD que nos de la felicidad.

La base para lograrlo, seguramente sería creer en la idea de que todos somos DIGNOS, ni mejores ni peores  que los demás ante los ojos de Dios, y por tanto ante los nuestros y el único modo de llegar a entender y entendernos es lo que los científicos llaman; “prueba y error”. Sin error, no hay perseverancia. El conocimiento se construye así, por tanto dejémonos de reproches ante lo que nos es natural y de tirarnos piedras, para sustituirlo por amor y entendimiento.

Entiendo que en situaciones límites, es difícil hacer este ejercicio que requiere mucha humildad y confianza en esta idea, además de una buena dosis de amor, pero esas circunstancias precisamente, son las que más requieren apartar el señalarnos con la culpa, para sustituirlo por el buscar una solución bajo la premisa del entendimiento.

Cuando alguien nos “da donde más nos duele”, la primera idea que se nos viene a la cabeza es la de ver al otro como un enemigo al que hay que “aplastar”, porque no puede tener corazón y por tanto es un ser malvado que merece lo peor. Sin embargo, ¿quién realmente puede asegurar que en determinadas circunstancias no sería capaz de hacer una barbaridad? Es peligroso responder; “yo”, porque quizás esa respuesta sea la clave para que el poder que lo mueve todo, se encargue de hacerte ver LA VERDAD, que puede ser muy distinta.

Por todo ello, os animo a que dejemos en manos de Dios, el hecho de juzgar a los demás y limitémonos nosotros a hacer lo que nos corresponde; tratarnos sin juzgarnos, tal y como querríamos ser tratados por los demás, dando todas las oportunidades que el prójimo necesite para alcanzar el saber y ayudando a que se conforme, de la mejor manera que actualmente sepamos.

Sé que no es fácil porque entre otras cosas, no estamos acostumbrados a ello en esta sociedad que tanto nos insta a ser competitivos, pero podemos lograrlo.

¡Ánimo hermanos!

LOVE, Carmen

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Acerca de mcarmen

Maestra y Escritora de varias novelas: "Tras la estrella del atardecer" (2017) "Ella estuvo allí", "La llamada del comienzo", "Hacia el destino final". "La conquistadora guadalupana"(2016) "Con destino al valor" (libro juvenil) "Los magos de oriente existen" (libro juvenil) "El amor encuentra el modo" (relato corto) "Seducidios por el AUTÉNTICO PODER"(2020) "Relatos del Alma" (2021)

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