Haciendo el camino

Saludos desde éste, mi blog, vuestro blog, en donde me gusta dejar historias reales para personas que buscan encontrarse con diferentes puntos de vista. Hoy quería analizaros una situación que acabo de vivir. Ha sido breve, pero con mucho mensaje. Y la podría titular: “Haciendo el camino”. Aunque espero que cada uno de vosotros, le ponga su propio título.

El caso es que hoy, que tenía tiempo para hacer las cosas, sin prisas, algo poco habitual, me encontré con un peregrino de pelo cano y ojos azules, cuando iba en bicicleta con un paquete que quería dejar en correos. Estaba algo inseguro y me preguntó si por ahí iba bien, siguiendo el camino de Santiago. Yo le dije que sí, pero luego pensé, se puede ir mejor por otra zona, cerca del río. Se lo voy a decir. Y así lo hice.

Sin embargo, podía perderse hasta llegar allí, por lo que le acompañé hasta asegurarme que veía por donde tenía que ir. Mientras íbamos juntos, le pregunté si era duro hacer el camino, ya que yo tenía intención de hacerlo algún día. Él, en un perfecto inglés, me contestó que sí, pero que el tenía una motivación muy poderosa para hacerlo y me enseñó una camiseta que llevaba bajo su jersey, con la imagen de una niña sin pelo, con cáncer. Era de su familia y decidió que, ya que estaba retirado y curarla estaba fuera de su alcance, quizás el Santo, la divinidad, el creador, tuviera en cuenta su sacrificio y frenara ese mal que tanto dolor estaba causando.

Como ya os imaginaréis, me quedé compungida y admirada a la vez. Ese sí que es un buen motivo para hacer un camino. Algunos pensaran que esas cosas, actos, no sirven para nada, pero yo digo que quien actúa con FE y ESPERANZA, es quien puede valorarlo. Los demás, simplemente nunca lo sabrán.

Finalmente, cuando ya nos acercamos más al río, comprobé que ya sabía cual era el lugar adecuado para seguir por donde le propuse y deseándonos mil bendiciones y oraciones por ese ángel por quien luchaba, nos despedimos, hasta con besos al aire.

Son tantas cosas las que removió aquel hombre, con su lucha, con su fe y su sacrificio, que creo que merece la pena que pongamos en nuestro día a día, un poco de todo ello, para que nuestro caminar, también tenga SENTIDO. Uno real, que mueva montañas. No importa si ahora o más tarde, pero que nuestro esfuerzo haga que todo merezca la pena.

Aquí os dejo este bello testimonio y por favor, en la medida en la que podáis, colaboréis con la lucha contra una enfermedad, que se lleva a muchos ángeles al cielo, cuando todavía se les necesita en la tierra.

LOVE, Carmen.

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