“Si tuvierais la fe del tamaño de un grano de mostaza moveríais montañas”.
Hola amigos. En primer lugar, feliz año nuevo a todos, espero que hayáis entrado con buen píe y energías positivas. Ahora sólo os quería comentar algo que creo que parece confundir a mucha gente, me refiero a la concepción de la resignación.
Algunos culpabilizan a la filosofía judeocristiana de que se haya extendido durante años el concepto de aceptar las cosas tal y como te vienen, yo no soy capaz de afirmar tal cosa, primero porque no me gusta buscar culpables sino soluciones y segundo porque considero que es incoherente con respecto a la filosofía cristiana, ya que la vida y obra de Jesús, se la puede considerar de muchas formas, pero de ningún modo, enfocada a la resignación.
Cristo fue un revolucionario en su época e incluso lo sigue siendo en la nuestra. Cambió muchas formas de ver la vida y de actuar, pero además hizo algo que nadie ha hecho jamás, darnos la esperanza de formar parte de la perfección, creyendo y poniendo en funcionamiento nuestro potencial, PERFECTO, como perfecto es nuestro padre.
Por si fuera poco, también Jesús rompe moldes, con su afán de derrotar a la muerte y prometernos vida eterna, sí nos preparamos en el camino de la paz y el amor que Él nos enseñó. ¿Se le puede llamar a esto resignación? Lo único que sí nos advirtió fue que sí Él fue perseguido por ser quien era, y para nada por ser como los demás querían que fuera, lo mismo nos puede esperar a nosotros, pero al igual que le sucedió a Él, lo bien hecho, bien acabará, sólo es cuestión de tiempo y eso no es resignación, se llama más bien, esperanza, fortaleza y fe.
LOVE, Carmen