Por si hay una pregunta, en el aire

Hola amigos. Hoy quería desnudar un poco mi alma y confesaros que si encontráis en mis escritos reflexiones cristianas de ese Jesús que se encuentra en mis novelas, de un modo tan especial, es porque no he encontrado un líder mejor que Él. Nadie me ha conmovido más que Él, con esa defensa del amor y el perdón por encima de todas las cosas.

Sin amor no es posible el perdón, por eso es tan necesario amar hasta a nuestros «enemigos», que en realidad somos todos, porque sólo Dios es bueno y nosotros, aprendices con un potencial extraordinario, ya que somos hijos suyos. Preciosas revelaciones que hacen que ame al verbo hecho carne, que con su ejemplo nos dejó otra lección; por amor, se muere, pero quién no ame su vida por encima de la de los demás, vivirá.

En fin, que me conmueve esa filosofía. Hoy un niño estaba castigado en la biblioteca del cole de mis hijos y me confesaba que se había peleado con otro compañero porque le odiaba. Yo traté de explicarle que con eso sólo se va a hacer más daño, pero francamente, no sé si me entendió, sin embargo, sé que me escuchó con atención, por lo que confío que esa idea, siempre le acompañe.

Hoy también escuché por televisión, un comentario que me hizo mucha gracia, contra la fe judeo-cristiana. Una presentadora se atrevía a decir que no hay que hablar de culpas, que eso estaba muy mal y pertenecía a dicha cultura. No se debió de dar cuenta, que precisamente ella estaba haciendo lo que recriminaba, CULPAR.

Y es que ya nos estamos desviando de las cosas. Qué tendrá que ver culparse con lapidarse. Quizás habría que explicar que a lo mejor, lo que no debemos hacer es juzgarnos, a pesar de que detectemos el error. Es mejor aprender de los errores tras descubrirlos en quién sea, pero eso sí, amándo, y no ser tan duros en nuestros juicios de valor, o como decía Jesús; «no juzguéis y no seréis juzgados».

En fin, que ya me desnudé un poquito más, espero que os haya parecido humana más que sexy, aunque eso, modestia aparte, también lo soy un rato.

LOVE, Carmen.