LA CARCEL DE LA DROGA

Hola amigos. Estos días no hago más que oír a gente hablar sobre el problema de las drogas y aunque a mí me parecía un tema que en la sociedad estaba bastante superado, ya veo que no es así.

Y es que parece increíble, que algunos jóvenes, por pasar un buen rato, luego sean capaces de vivir un infierno.

 Será que como dice el dicho, no se aprende en cabeza ajena y hasta que no experimentas ese infierno, no se lo terminas de creer.

He llegado a oír decir a gente que consume droga, que no se sienten dependientes y que controlan. Sin embargo, ese debe ser el primer síntoma que señala a la persona como enganchada, por una sencilla razón, el que prueba las drogas, sabe que pone en grave riesgo su vida, al sufrir posteriormente, las desagradables consecuencias del síndrome de abstinencia,  y sí aun así,  sigue queriendo consumir, sólo encuentro una razón; ya está enganchado y no puede decir, ¡NO!

Sea como fuere, entiendo que sólo hay dos salidas para poder volver a controlar tu voluntad, sin depender de un “chute” y son, acudir a profesionales para que te ayuden a superar la adicción y buscar en tu interior, para encontrar la razón que pudo llevarte a hacer eso.

Es muy importante quererse a uno mismo. Sentir que forma parte de un todo y que es imprescindible y único. Todos somos tan grandes como que somos, nada más y nada menos, que hijos de lo más poderoso, Dios.

Sin embargo, algunos aún no se han dado cuenta y tienen la gran misión, de encontrarse a sí mismos y quererse, porque Dios le creó sabiendo perfectamente lo que hacía; un ser único e irrepetible que forma parte de la perfección.

Así es que, amigos, llenemos los vacíos que la vida que llevamos pueda ocasionarnos, para que ninguna droga mate nuestro cuerpo ni nuestro espíritu. La respuesta está dentro de nosotros, pero tenemos que querer escucharla, con valor y optimismo, que por algo, somos lo más grande del universo.

LOVE, Carmen.