Hola amigos. Hoy quería tratar un tema de los que yo denomino, MÁGICOS.

Empezaré por contaros como hace unos días una mujer me dijo que ella no creía absolutamente en nada y que a su hija la había dicho que no existía Dios ni ninguna de esas «cosas». Yo la dije, espontáneamente y sin pensármelo, que me parecía una pena que la haya quitado a su hija la posibilidad de disfrutar de todo eso, pero ella lógicamente, me dijo que como era lo que pensaba, era así como educaba a su hija.

En realidad me hubiera gustado profundizar más, pero a veces te fallan las fuerzas y prefieres no crear polémica para no complicarte la vida. Ya me estoy haciendo mayor. Sin embargo aquí lo voy a decir: querida amiga que ya no me escuchas, pero quizás la magia en la que yo creo te haga llegar esto; nadie tiene la verdad absoluta de las cosas, por tanto, quizás sería mejor que dieses a tu hija la posibilidad de descubrir por ella misma, si la magia existe o no. Tú ya lo has decidido, pero ella tiene toda una vida para hacerlo y para disfrutar de ello, si decide abrir la puerta de la fe.

Si muchos hombre y mujeres que ya han conseguido sus metas, no hubiesen creído en que había una mano protectora invisible que velaba por ellos, o en que todo aquello que querían hacer, porque así lo expresaban sus corazones, lo lograrían en el momento adecuado, seguramente no se hubieran atrevido a hacer, ni la mitad de las cosas que han hecho y que todavía desean hacer.

La fe mueve montañas y  la duda te hace vulnerable, limitando tus posibilidades, por eso creo que es bueno decidir  derribar esa barrera de nuestras vidas, cada vez que amenacen con instalarse en ellas.

En fin, que envío a los duendecillos mis pensamientos, para que llegue a aquella mamá y a todas las mamás del mundo que hayan perdido su fe, para que permitan que sus pequeños, tengan la oportunidad, de descubrir si el mundo gira por las fuerzas de la gravedad, o porque el amor aún existe en el mundo y lo sostiene.

LOVE, Carmen