Hola a todos. Ayer asistí a un evento único que consiguió emocionarme en numerosas ocasiones. Me refiero al acto de apertura en conmemoración a los 800 años de existencia de una de las catedrales más hermosas y majestuosas del mundo: La Catedral «Santa María la Mayor» de Burgos.
Su arquitectura gótica muestra, sus dos torretas principales, apuntado al cielo: ese destino deseoso para los que ya hartos de los sufrimientos terrenales, aspiran alcanzar.
Y para lograr tan gran aspiración, aprovechando esta fecha tan señalada, el Papa Francisco ha concedido un año jubilar. Para los católicos, todo un regalo y privilegio que se pudo sentir ayer en tan solemne acto.
Además incluyó la despedida del actual obispo de Burgos, don Fidel, que muy humildemente nos recordó su anhelo principal: servir siempre a los burgaleses y amarlos con todo su corazón. Un mensaje que los que lo recibimos, sentimos emocionados, que así había sido, sin duda.
Su huella ya está en esas piedras y en las piedras vivas de todos nuestros corazones. Su ejemplo sencillo, humilde y desmedido vale más que mil palabras; las cuales siempre ha sabido manejar, con ese espíritu servicial y cariñoso.
En fin, que muchas puertas se abrieron ese día inolvidable, en donde las piedras de aquel espectacular templo, eran cómplices del gran AMOR que Dios tiene, siempre que un corazón es capaz de rendirse a su presencia.
Esperemos que sigamos adelante, abriendo nuevos actos que esquiven cualquier obstáculo, para que nada se interponga en el destino imparable del AMOR.
Love, Carmen