Hoy se está apagando la llama de un hombre que sin lugar a dudas a formado parte de la historia de nuestro país, en momentos decisivos y muy delicados de la transición.
Con el paso del tiempo se ha calificado su actuación de brillante. Algunos incluso se atreven a decir que fue el elegido para actuar con la precisión y elocuencia que requería la ocasión.

Fue capaz de construir una nueva España en la que todos tuvieran su lugar y se sintieran integrados en un nuevo proyecto hacía la libertad, hacía la democracia, hacía Europa y el mundo.
A tiempo pasado esto puede parecer sencillo, pero fue la astucia y el buen hacer de ciertos protagonistas, lo que lo hicieron posible, e indudablemente una clave de ese éxito, fue él.
Entre sus proezas se recuerda el modo magistral con que trató el temido tema de la independencia, en aquella ocasión, en Canarias. En aquel entonces, no dudo en acudir a sus islas y ganarse a sus gentes con esa cercanía, naturalidad y personalidad encantadora a la hora de tratar cualquier asunto, ateniéndose a la buena convivencia de sus gentes, de esa España que amaba y ama tanto.
También cuentan que su defecto fue su gran virtud (sin ideología concreta). Yo en cambio creo que esa era su ideología y pocos supieron entenderla.

En resumen, bajo mi humilde criterio, fue un visionario que supo entender la situación que le tocó vivir y poner solución, con una ideología que fue capaz de echar abajo todas las barreras e integrar a todos,  con su diversidad y peculiaridades, porque eso es España y eso era y es él.
Por todo ello y mucho más, un gran hombre se nos va hasta el regreso esperado y su legado permanecerá entré nosotros eternamente.
Gracias hermano por tu regalo incalculable. Ahora te toca recoger tus frutos de lo más sagrado.

Te deseo un buen reencuentro y hasta pronto.

LOVE, Carmen