Aferrarse a la luz

LUZHola a todos un día más. Estos días de verano me he puesto manos a la obra intentando buscar información que me lleve a encontrar nuevas formas de llegar a vencer nuestros miedos y agarrarnos a lo bello que nos ofrece la vida.

He buscado especialmente en la bibliografía de mujeres que han sabido transformar la sociedad para convertirla en un mundo mejor o que están en ello de mil maneras distintas.

Reconozco que además de encontrar interesante esta investigación por lo enriquecedor que puede ser mostrarlo en una nueva obra literaria, también me infunde valor y me recuerda estrategias perdidas u olvidadas a veces, para afrontar mi propia vida.

Además, nuevamente he buscado entre las historias de diversas mujeres, porque considero que de ellas se habla menos que de los hombres y con el objeto de equilibrar la balanza, ahí me he adentrado.

La última que acabo de examinar, no reúne quizás las condiciones que busco pero me ha enseñado más de lo que pensaba. Por ese motivo me encantaría compartir con vosotros dichas conclusiones.

Supongo que muchos habréis oído hablar de una pintora mexicana llamada Frida. Una amiga mía la admira y quizás por eso he querido descubrirla. No me gusta juzgar a nadie, pero si analizar lo bueno y erróneo de nuestros actos para encontrar el camino a la luz. Frida es muy interesante en ese sentido.

Por un lado me he encontrado con una mujer que desea ser fuerte y busca conservar su identidad, pero por otro me he encontrado a una mujer enamorada de un hombre que dirige sus emociones más de lo que quizás imagina. Sus cuadros centran dichos sentimientos y muchos de ellos son aterradores además de generosos al abrir totalmente la puerta de su lado más íntimo. Un regalo que me ha fascinado analizar y que agradezco.

No sé si con su arte pretendía ahuyentar sus males o aprender a vivir con ellos, pero me da la sensación de que habría sido más feliz si se hubiese apoyado en lo que deseaba llegar a ser, más que lo que creía ser; “una mujer que creía no haber nacido con estrella, sino más bien estrelladísima”.

Tenía talento, tenía arranque, tenía personalidad, pero ¿creía que podía alcanzar el cielo desde la tierra? Sea como fuere, espero que tenga mejor futuro donde quiera que esté. La LUZ está ahí para aquellos que quieran ser iluminados por ella, pero primero tienes que ser capaz de identificarla. Pertenece a aquello que aún está por conseguir. Si creemos en ello aferrándonos a ella, intentaremos alcanzarlo, sino continuaremos con aquello que no nos deja ser felices.

En mis personajes explorados, esto es algo que está latente, pero todo cuenta. También aquellos que nos dejan entrar en sus vidas, apostando por lo que creyeron era mejor, nos enseñan. La vida es así de fascinante, por lo que voy a terminar este relato con la frase de una triunfadora; «Para mí no es sano lamerse constantemente las heridas, prefiero curarlas dejando que les dé el aire». Mª De Villota.

LOVE, Carmen.

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