¡Hola a todos! Tras la actual situación que parece más de ciencia ficción que real, no puedo por menos que dejar mi aportación, a nivel de conciencia, que es lo que más me gusta trabajar.
No es la primera vez, ni será la última, que escucho decir que lo que está ocurriendo con el temido “Corona Virus”, es consecuencia del famoso concepto del “Karma” con la supuesta creencia de que una fuerza misteriosa se encarga de devolver bien por bien y mal por mal. Pues bien, hoy quiero dejar otro concepto que, aunque no pretende eximirnos de responsabilidad, sí pretende aclarar algunos conceptos que creo que están mal entendidos.
En primer lugar: el Dios en el que creemos los cristianos, no es un Dios vengativo. A mi me gusta decir que; Dios da, lo único que ES: AMOR. Y uno de los lugares de la Biblia, en el Nuevo Testamento, que así lo ratifica es: Miqueas 7:18-19.
18 ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia.
19 El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.
Así es el Dios de los cristianos. Quiere que aprendamos de nuestros errores y volvamos a empezar, sin tomar represalias por nuestros errores, malas prácticas etc. Le sirve nuestras ganas de amar y mejorar. Él ve, donde nadie ve y sabe cuales son nuestros sentimientos y por eso su misericordia no tiene límites y perdona sin límites. Pero no por ello, no vivimos las consecuencias de nuestras acciones.
Por eso, en segundo lugar quería aclarar que si bien, Dios no responde con venganza ante nuestras ofensas o falta de auxilio a aquellos que más nos necesitan, porque solemos ser cautivos del miedo, sí que es cierto que todo ello tiene consecuencias. De hecho, gracias a ellas, somos capaces de experimentar la realidad de los hechos que acontecen, ya que nadie es capaz de aprender en cabeza ajena. Sólo cuando nos sucede a nosotros una injusticia, somos capaces de catalogarlo de injusto. El miedo mira a otro lado.
Con todo esto lo que quiero decir, es que la consecuencia de tratar injustamente los recursos que nos ofrece la naturaleza y a sus habitantes: todos los seres vivos que lo componen, tiene consecuencias negativas, y por mucho que queramos mirar a otro lado, la verdad, se nos viene encima.
Sin embargo, al igual que esto sucede, también el perdón y el amor de Dios está presente. Por eso, en lugar de pensar que tenemos que vivir todas las desgracias habidas y por haber, recibiendo toda la basura que hemos esparcido con nuestras acciones o falta de ellas, debemos más bien recoger lo que el profeta Miqueas sostiene: recibir la MISERICORDIA de Dios y tratar de ser mejores personas.
Es obvio que estamos manipulados por las élites y que ellas son las que manejan muchos de los acontecimientos que se dan, pero nosotros tenemos más poder del que pensamos. Si el rebaño dice: ¡Basta!, el pastor, o mejor dicho, el lobo, no tiene nada que comer. Tratemos de invertir el proceso de este virus y los que vengan, con SOLIDARIDAD, VISIÓN POSITIVA y APRENDIENDO de aquellos que necesitan los recursos mínimos para vivir y no los tienen en gran parte del mundo. Ellos no se preocupan por el papel higiénico. Sus necesidades son mucho mayores. ¿Vamos a seguir ignorándolos?
LOVE, Carmen.