Cuando no tienes nada que perder

Hola amigos. Aquí estoy de nuevo, compartiendo con vosotros una de mis reflexiones. Hoy, entre varias que me han surgido a lo largo de la semana, he escogido esta; la reacción que tienen algunas personas cuando sienten que no tienen nada que perder y todo por ganar.

Este tema me apasiona, porque confieso que me interesa informarme sobre como aquellos que tenían un talento por compartir, han conseguido hacerlo y vivir de ello, ya que hoy en día, generalmente tendemos a trabajar de aquello que te permiten, pero no de aquello que deseas y controlas, debido a la penosa organización social que nos hemos montado los seres humanos a lo largo de la historia.

Son pocos,  aquellos que tienen el privilegio de haber podido tirar a bajo esas barreras, sobre todo en círculos muy restringidos, como es el mundo del arte, política y ciencias innovadoras, aún no muy conocidas,  que intentan tener un sitio en un mundo tan competitivo, donde sobretodo, es el dinero quien proporciona la posibilidad de dar a conocer cualquier idea.

Por ejemplo; hoy, comprando, me he encontrado con una amiga que se había quedado sin trabajo, pero a la vez, esto la había hecho volver a centrarse en aquello que siempre la gustó hacer y, entre otras cosas, había estudiado, “grafología”. Me explicó, entusiasmada, como intentaba introducir en Burgos la “grafoterapia” en diversos sectores y lo difícil que la resultaba. Os dejo aquí su página por si os interesa conocer más; www.remagraf.com

A mí me encantó escucharla porque cada una de sus palabras, sentía que la pertenecían. Esa era ella. Con un montón de dificultades por delante y muchas ganas de contar sus verdades.

No es sencillo sacar la cabeza entre tanta apatía, centrada únicamente en sobrevivir. Esta amiga y yo, llegábamos a la conclusión de que ahora es tiempo de sembrar, sin pensar en recibir. Disfrutar de nuestro trabajo, sin avergonzarnos por tener que pedir ayuda, si es necesario, para sobrevivir. Si las cosas están difíciles, que al menos nos pillen haciendo aquello que nos mantiene vivo el espíritu.

Por todo ello, pienso que a veces, cuando ya no tienes nada que perder, es cuando te tiras a la piscina y apuestas por aquello que sabes, haces diferente. El reto está en darte a conocer y eso, no es nada sencillo. Se requiere primero, una profunda confianza en uno mismo y después un puñado de energía positiva que sólo se centre en perseverar hasta alcanzar lo único que puede estar escrito en tu mente como objetivo, LLEGAR.

Los que han llegado, así lo cuentan. Lo que no cuentan, es lo mucho que han perdido en el camino. Sin embargo, amigos, hoy es un nuevo día y lo que ocurra en él, aún está por escribir. Marcar la diferencia, está en nuestras manos, con fe y perseverancia. Nadie dijo que esto fuera fácil, pero si, que ES POSIBLE.

Ya sólo me gustaría terminar, diciendo algo que oí decir a un escritor, opinando sobre la gran, Eva Perón. Dijo que todos tenemos un destino por cumplir, pero sólo unos cuantos, son capaces de tomar la decisión de llevarlo a cabo, cueste lo que cueste.

Sea como sea, os deseo que viváis disfrutando todos los regalos que nos ofrece la vida. LOVE, Carmen