¡Hola amigos! Estos días numerosos acontecimientos han rodeado nuestras rutinarias vidas. Aunque parezca que todos los días son iguales, muchos son los pequeños instantes que los hacen diferentes. Los diversos estímulos que nos rodean, a veces no nos permiten poner suficiente atención en ellos, pero ahí están.
Personalmente, he querido dar relevancia a esos momentos en los que abrazo a una amiga, para que me dé y la dé “gasolina” o hablamos tomando algo, sobre las frustraciones que experimentamos, buscando sobre todo, el desahogo y saber que en esto, no estamos solos.
Es por todos estos gestos de apoyo, amor y solidaridad, que el día a día, tiene sentido. No importa cuántas sean las dificultades, siempre que haya alguien dispuesto a regalarte una sonrisa, un abrazo, un beso o una palabra de consuelo. El AMOR lo puede TODO.
El miedo común que nos acecha día a día, suele ser el miedo a decepcionar a los demás y que estos, nosotros, vosotros, ellos, nos señalen. No hay más que ver como desde los medios de comunicación constantemente enjuiciamos a esos “malvados”, sin darnos cuenta de que lo que realmente importa es algo muy distinto a, JUZGAR.
No digo que esté mal reprender a aquel que lo merece, pero si amáramos a TODOS cómo deberíamos, no buscaríamos venganza, si no sólo, REINSERCIÓN y nuestros juicios, serían bien distintos.
Como dice San Agustín, “los hombres siempre estamos dispuestos a curiosear sobre las vidas ajenas pero nos da pereza conocernos a nosotros mismos y corregir nuestras propias vidas”. No nos damos cuenta a veces, que la solución pasa por recibir ese mensaje de apoyo, que todos necesitamos.
Por todo ello amigos, concluiré diciendo que espero que algún día podamos decir; “no me importa lo que hayas hecho, hermano, sólo me importa la capacidad de amar que tengas, para darme y darte, esa “GASOLINA”, que arranque el motor de nuestras vidas, para vencer cualquier obstáculo, con tantos talentos, dados por el poder absoluto, de ese Dios, que va con todos, si le dejamos rebosar en nuestros corazones”. Así, sí podremos responder, alegres, esa pregunta que Dios algún día nos hará; ¿Cuánto has amado?
LOVE, Carmen