De vuelta

Hola amigos. He pasado unas interesantes vacaciones en el sur de España, en esa Andalucía llena de luz, colores cálidos y puros, fundiéndose con el suave olor del azahar. Disfrutando de sus bellos rincones, amables gentes y sumergiéndome en sus tibias aguas, mientras una suave brisa aliviaba el agradable calor del verano, abordado desde las playas del Atlántico y el Mediterráneo.

Eso sí, al llegar a casa, he vuelto a otra realidad menos agradable. El cartero se había encargado de recordarme que en una ocasión me excedí en 11 kilómetros por hora de velocidad, (100 euros de multa), que no tengo plaza como interina en ningún cetro público y que una carta que quería que le llegase a alguien que podía quizás llevar al cine mi querida trilogía, había sido devuelta.

En fin, que casi me vuelvo por donde vine, porque incluso aquí donde vivo, el verano ya ha quedado prácticamente atrás, ya que las temperaturas dejan mucho que desear.

Sin embargo, sé que soy una privilegiada, ya que vivo en un lugar donde la miseria que se vive en tantos lugares del mundo, es prácticamente inexistente.

Eso me hace recordar que aún quedan muchas cosas por hacer y aunque parezca que nada podemos hacer los que tenemos poco, todos podemos aportar algo por poco que sea, a aquellos que no tienen nada. Muchos pocos forman un mucho. Creo que no deberíamos pasar de largo, ante tantas ONGs que nos ponen tan fácil, simplemente ofrecer un donativo periódicamente, con la cuantía que podamos afrontar, para ayudar a los más desfavorecidos.

Desde aquí las rindo mi humilde homenaje y les agradezco su existencia. Son una bendición que nos hacen  recordar, que aunque siempre haya alguien dispuesto a estropearlo todo, muchos otros nos mostrarán que la bondad prevalece y sostiene el mundo. De nosotros depende pertenecer a unos u a otros.

En fin, que ya estoy de vuelta amigos. Con algo de tristeza por esta rutina que ya se me hace algo pesada, pero con un poco de imaginación y perseverancia, todo se andará.

LOVE, Carmen.