Deberes escolares: ¿Utilidad o carga?

dsc07256Hola amigos de mi blog. Llevamos muchos días escuchando infinidad de opiniones sobre el tema de los deberes que se mandan a los jóvenes en la escuela. Tanto alumnos, como padres y profesores han argumentado sus posiciones, unas veces a favor y otras en contra. Así es que he pensado hacerlo yo también por si pudiera aportar algo útil al respecto.

Para ello empezaría primero, retrotrayéndome en el tiempo y buscándome a mí misma como escolar, para intentar entender mejor la situación desde el punto de vista de la persona más afectada por este tema, el niño.

Recuerdo que en mi época, aquí en España, íbamos las mismas horas que actualmente, con horario partido. Y aunque también teníamos tareas, eso sí, la mitad que ahora, para hacer en casa, con la intención de reforzar lo que se había explicado en clase, confieso que yo era quién decidía si las hacía o no, y NO PASABA NADA EXTRAORDINARIO. Ahora sin embargo, todos los movimientos de los alumnos son minuciosamente evaluados y controlados, siendo responsables de su desarrollo, más que los propios estudiantes, los padres, ya que en muchas ocasiones, es tanto lo que tienen que hacer, que les es imposible controlarlo todo ellos.

También recuerdo haber estudiado para hacer un examen, el día antes y repasarlo en la fila con mis compañeros, antes de entrar al cole. Pero tampoco recuerdo que mis padres tuvieran que estar detrás de mí en esta tarea. Actualmente, si no se les supervisa todo esto, también nos encontramos con más problemas. Es como si se llevara esto de complicarles el tipo de pruebas para yo que sé qué. ¿No es mejor ser original en clase, que no en un examen con la tensión que conlleva?

 Pero lo mejor de todo, es que no recuerdo ni un solo fin de semana, tener que quedarme en casa para poder sacar adelante todos los deberes que me habían mandado. Porque incluso, si no hacías alguno, podías tener la suerte de que no te tocara a ti hacerlos en la pizarra y el o la profesora, ni se daba cuenta de que no los habías hecho y aprendías igual, además de, ni sentirte tu presionado, ni presionar a tu familia ni al profesor.

En resumen, yo diría que podía controlar las responsabilidades que ponían a mi cargo y únicamente me agobiaban, aquellas clases en las que la forma de enseñar de los profesores, no era ni dinámica ni atractiva, por su forma de presentar los contenidos, que en ocasiones, nada tenían que ver con mis intereses reales para alguien de mi corta edad.

Por todo ello, mi reflexión sería, que en lugar de exigirles a nuestros muchachos que lleven a la perfección nuestro sistema de aprendizaje, quizás lo que realmente nos tendríamos  que plantear, es si tienen o no ganas de aprender de ese modo. Durante algún tiempo les puedes modificar sus deseos para que cumplan los nuestros, pero tarde o temprano eso termina mal. Quizás sería más conveniente escucharlos  y tratar de motivarles buscando alternativas que les produzcan INTERÉS en lugar de frústrales una y otra vez, sin respetar su modo natural de aprender: JUGANDO.

Si integramos el juego en el aprendizaje de forma más evidente, también utilizando la riqueza que nos ofrecen las nuevas tecnologías, quizás serían ellos mismos los que buscasen hacer las tareas que ahora sólo representan una carga.

Investiguemos pues en ello. Nuestros chicos, se lo merecen todo.

LOVE, Carmen

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