«Mi mamá, llena de vida»
Hola amigos. Perdonad si han habido algunos problemillas estos últimos días para conectar con mi página, como veis ya están resueltos. También he estado de vacaciones y además estoy escribiendo la segunda novela de la trilogía de «Ella estuvo allí», por lo que me tendréis que perdonar si no entro tan a menudo como antes a mi página.
Tengo muchas ganas de contaros mil historias, relacionados con mil temas; como el del compromiso que tanto miedo les da a algunos cuando se trata de hacerlo en unión con otra persona, no en unión con un contrata de trabajo, como si el amor tiene que entender que no te comprometas a estar ahí en lo bueno y en lo malo, pero si un trabajo a cambio de un puñado de dinero…, o hablaros sobre lo que se siente con el verdadero amor, privilegio de unos pocos, quizás, o hablar sobre el sexo con y sin cabeza, el desencanto, la pasión, el tabaco, el trabajo, las distintas filosofías…
En fin, temas de todo tipo. Ahora os dejo uno que a mí me encanta; «la risa«. Recuerdo dejar de sentirme mal en numerosas ocasiones, simplemente recordando historias que han acontecido en mi vida, súper divertidas. Os las contaría, pero no sería lo mismo, ya que tienen sentido para mí, sobre todo porque las personas que intervinieron en tamaños disparates, significan algo para mí, pero no para vosotros, ya que no les conocéis.
Sin embargo, os invito a que cuando os sintáis tristes, recordéis esos momentos tronchantes que han pasado por vuestras vidas, para que salgáis de ese pozo y recordéis que desde la luz, se puede ver mejor la salida.
Un beso enorme y aquí os dejo un chiste. Perdón sí ofende a alguna rubia, sé que sois estupendas, pero no me negaréis que esto tiene gracia:
Un cura dice en medio de la misa:
-Hoy confesaré a todas las devotas.
Entonces una rubia se levanta indignada y pregunta:
-Y a las que hemos venido en sandalias… ¿cúando?
Carmen.