¡Hola amigos! Ayer aquí en Burgos el día fue lluvioso y nublado, pero todo parecía tranquilo. El viento respetaba el ambiente y el frío invernal parecía alejarse. No pudo ser de otro modo en un día tan señalado para conmemorar el día del padre y la llegada de la Semana Santa.

Supongo que hay muchos padres en nuestras mentes. San José, fue un referente del que nunca he escrito nada, pero sin duda, para mí lo quisiera. Quiero decir, que superó con creces el desafío que se le presentó, convirtiéndose en el príncipe azul que todas las mujeres deseamos. Hoy en día es difícil que alguien se entregue de ese modo por amor. Nos centramos en el yo, por encima del nosotros y esta crisis que ya ocupa todos los ámbitos, no ayuda  en nada, más bien saca lo peor que tenemos, ocasionando tomar decisiones desmesuradas que quizás en otras circunstancias hubieran podido resolverse, al carecer de tanta tensión por en medio ni negatividad.

Por eso hoy me quiero centrar en el modelo. En el que tiene que defender a una mujer que está viviendo un momento crítico y no abandona. En el que queda relegado a un segundo plano por las circunstancias y no le importa. Hablo de aquel que se enfrenta a un destino desconocido y te acompaña.

Sin duda él tuvo que tener muchos momentos difíciles que afrontar y las dudas le acompañarían constantemente, pero su respuesta finalmente fue clara y firme.

Son muchos los problemas que hoy en día se nos plantean, pero que a uno le digan que tiene que hacer frente a un plan divino, asusta a cualquiera. Qué fuera difícil estar a la altura, no pudo con él y ese esfuerzo, cambia el mundo haciéndolo más respirable e infundir esperanza.

Él era tan sólo un hombre al igual que todos, pero su voluntad rompió barreras. Parece una tarea difícil, sin embargo, mirándolo con perspectiva, peor hubiese sido haberse perdido ser el gran hombre en el que se convirtió.

Por eso hoy desde aquí le rindo mi pequeño homenaje y os animo a todos los hombres del mundo a coger el testigo. Sé que hay muchos San José, anónimos. Muchos hombres maravillosos se esfuerzan por ser la mejor versión de sí mismos y sin duda eso ya es un triunfo que marca la diferencia. ¡Felicidades! Gracias por estar ahí, siendo e inspirando.

La voluntad es muy poderosa y si va acompañada de una firme convicción, inquebrantable.

Somos lo que elegimos cueste lo que cueste y os doy las gracias a todos los hombres y papás del mundo por estar ahí para demostrarlo.

¡Feliz día, preciosos! Vuestra labor es incuestionable e imprescindible. Os quiero a todos, con vuestras imperfecciones a punto de mostraros la verdad que os convertirá, en todo un señor San José.

LOVE, Carmen.