Hola amigos. Gracias por escoger un día más mi blog, para que os cuente mis reflexiones. Hoy quiero relacionar la historia de una película de Disney con final feliz y la de un joven, en la vida real, Pablo, que luchó contra un cáncer hasta las últimas consecuencias, y que finalmente acabó, dejándonos él, pero no, los resultados de su lucha. Ambas tratan de una batalla, con distinto final.
Hace unos días estuve a punto de llevar a mis hijos a ver esa película de Disney, cuyo título prefiero no nombrar, porque al fin y al cabo no decidí verla y sólo quiero criticar la superficie. El caso es que trataba de la historia de una pequeña bailarina que tenía algo diferente al resto: PASIÓN. También hacía referencia a SOÑAR EN GRANDE y a SEGUIR aquello que te dicta TU CORAZÓN. Hasta aquí, todo perfecto, pero: ¿Qué ocurre al final de la historia? Pues algo muy diferente de lo que le ocurrió a mi segundo protagonista, Pablo. ¿Pero, cómo es posible? ¡Los dos eran luchadores y los dos trabajaron duro para conseguir sus sueños!
A estas alturas muchos pensaréis que esto es así, porque una historia es real y la otra ficción: ¡Cierto! Pero además yo diría que en la película no se tiene en cuenta el factor, llamémosle: destino, inconvenientes inesperados en el camino, putadas de la vida… Y prefiero no seguir para no desilusionaros, porque para nada es mi intención. Más bien todo lo contrario.
Todos sabemos que la realidad supera la ficción, y aquí yo lo veo así. Pablo no lo tuvo nada fácil, en cambio la bailarina, tuvo a su disposición una serie de inconvenientes, pero también una serie de factores a su favor que no le impidieron llegar a su meta, algo que habitualmente, no ocurre. Pero, ¿nos preparan para la vida real? De aquí vino mi decisión de no llevar a mis hijos al cine para ver esta película, porque, creedme si os digo, que yo sé lo que es tener ese algo especial, y que muchos factores te impidan llegar a tu objetivo. Pero, ¿Cuál es la meta ideal?
Pablo se va de este mundo, pero antes, nos movilizó para IMPLICARNOS: concienciándonos de que para conseguir cambiar las cosas se necesita la COLABORACIÓN DE TODOS, no solo la lucha personal y nada más (que más bien parece un modo de acallar la conciencia), y en la otra situación, alguien, finalmente, da con una persona justa en la cúpula, que es capaz de ver su talento especial y no busca aprovecharse de su situación de vulnerabilidad, y tratar de utilizarle, sino simplemente, premiar su pericia. ¿Es esto lo habitual?
Francamente, para mi Pablo ha sido un héroe, no por llevar su lucha en solitario, sino por decirnos a todos lo que piensa y dejar en nuestro recuerdo su mensaje sanador, con una nota de dolor, pero también de CAMBIO. La otra historia me parece falta de realismo, ya que, por experiencia, sé que si intentas ser tú mismo, y más en el mundo del espectáculo, siempre vas a encontrarte con alguien que te intente doblegar, si quieres continuar. Sin embargo, sinceramente creo que en esta realidad, QUIEN PIERDE, GANA. Este no es un lugar idílico, todos lo sabemos, pero el mayor de nuestros sueños podría ser; cruzar las barreras que lo sostiene para dejar nuestra marca indeleble, a pesar de lo que cuesta, dejarse la piel en ello.
LOVE, Carmen.