Hola a todos. Ya queda poco para que la magia de los sabios de oriente se extienda por gran parte de la tierra. Y, ¡cómo no! El niño Dios les atrajo.

La LUZ tiene esa facultad transformadora: una historia que en un principio se vislumbraba algo trágica: teniendo que ir a Belén en burro por un censo y que en el camino que te pille de parto, y para colmo sólo puedas parir un establo… no es la tierna y memorable historia de nadie, pero intervino la LUZ para cambiarlo todo. Tanto es así, que hasta el día de hoy lo rememoramos y esa magia pervive.

Os confieso que de niña, sentía esa magia y me recompensaba … por eso un día me dije que no dejaría pasar ni un segundo más sin dejar mi perspectiva al respecto. Es mi manera de agradecer a la luz su gracia.

Y así fue como creé, sin recursos, pero con mucha voluntad y buenos condimentos, este corto que aquí os dejo un año más. Además, mis hijos participan y tienen mucho que ver con esa magia. Pero además, gran parte de la gente de mi barrio, han quedado congeladas en el tiempo con sus sonrisas, cánticos, arte y un montón de anécdotas que algún día contaré y siempre llevaré conmigo.

Así es que, allá va un año más. Hubiera hecho más partes porque así lo querían sus protagonistas, pero el cobid llegó. Y no me quejo, que pronto, muy pronto, sólo será un mal recuerdo. Ese es mi deseo y el de todos. Confiemos en la LUZ del mundo con la FE de un niño, y qué así sea.

LOVE, Carmen