NO OLVIDARSE DE JESÚS

Cristo Otero de noche

Hola amigos. Estos días en el que por lo general, se suele estar más relajado porque muchos no tenemos tantas obligaciones que atender al tener vacaciones, ocupamos ese tiempo en escucharnos más por dentro, y eso me recuerda a las múltiples modalidades que existen para conseguirlo. Hoy en día está muy de moda la meditación, cuya finalidad dicen, puede mejorar incluso tu capacidad de concentración y sosiego interior. Hasta aquí me parece todo estupendo, pero sólo me inquieta una cosa: ¿Dónde queda Jesús en todo esto?

Por supuesto que Jesús empleaba todo lo que podía, su tiempo a meditar, alejándose del ruido en el desierto, en lo alto de una montaña o donde le dejasen, toda esa multitud que lo necesitaba y lo reclamaba constantemente, pero además, nos enseñó otras cosas no menos importantes que temo puedan perderse entre tanta conciencia calmada por este tipo de modas, que, qué duda cabe, tienen sus beneficios, aunque según mi opinión, cojean al no ser partícipes de LA REVELACIÓN.

Hay un tesoro maravilloso que Jesús vino a contarnos que existía y que para ello teníamos que ser capaces de olvidarnos de nuestro egocentrismo para amar al otro como a uno mismo, sobre todo al que más nos cuesta amar, a ese que consideramos, enemigo. Por eso me duele leer a veces en las redes sociales, que hay gente que se alegra de la muerte de otros. El hombre es sagrado para Dios y debería serlo también para nosotros, del mismo modo.

Pero además nos reveló que si confiamos en él, no hay nada que no podamos lograr. Por eso es tan importante trabajar la fe. Pero por si esto fuera poco, no se conforma con transmitir todo esto, llega aún más allá, rompiendo incluso las barreras de la muerte y nos dice que tenemos un hogar al que volver, nuestro verdadero hogar, en el que ya no seremos vulnerables porque Dios siempre estará delante de nosotros para que esto no ocurra.

Son muchas las cosas que podría contar a este respecto, sin embargo me conformo con recordaros que hay un hermoso tesoro esperándonos y que espero que nada ni nadie, os lo arrebate. Fundíos a esos deseos que ni siquiera os atrevéis a mencionar, cada día de vuestra vida, que Dios, aún los hará realidad, más hermosos de lo que imagináis. No perdáis esta esperanza, para que ese vacío que ansiáis llenar, esté pleno.

Sé que es difícil creerlo, porque a nuestro alrededor hay mucha desesperación, pero confiad en que todo tiene un sentido que en su momento entenderemos en su plenitud. Sed parte de esa magia porque si seguimos pegados a ese hermoso nazareno, NADA NOS FALTARÁ.

Yo confieso tener ventaja sobre esto que os cuento, al haber vivido ciertas experiencias que me lo han mostrado, por eso no dejo de daros la lata a este respecto.

Jesús vive, por y para nosotros y cada día cuenta en este universo con reglas creadas para que alcancemos nuestra perfección y felicidad. ¿Qué más se puede pedir?

Love, Carmen.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *