¡Hola a todos, un día más! Aunque son muchas las ideas que me gustaría compartir hoy con vosotros no quiero dejar pasar este momento para dedicárselo a una gran estrella que marcó parte de mi vida, ya que para mí, la música siempre ha tenido una magia especial que me llega de manera muy íntima y transforma mi mundo, sacando de mi lo mejor. Y decir Prince es decir, MÚSICA.
No solo controlaba cualquier tipo de instrumento musical con una genialidad extraordinaria, también tenía un alma creadora que manifestaba constantemente tal y como sentía debía hacerlo, con libertad y gran sensibilidad. Sus 40 años de carrera musical, lo demuestran.
Perfeccionista nato, entregado a su música y a sus creencias que le daban sentido a su vida, en la que Dios tenía un lugar maravilloso en su corazón, ahora quizás esté más cerca de su perfección de lo que supongamos.
Sea como fuere, Prince es irrepetible. Es una joya que vino al mundo creando un nuevo estilo de hacer música, de cantar, de bailar, de actuar, de SER. Fue difícil seguramente llevar su estrella, pero nos dejó un arte que transformó muchas de nuestras percepciones.
Por todo ello quiero recordar al artista inigualable, a la persona sensible, humana, creyente, generosa, aunque poco se haya hablado de ello, y al hombre vulnerable como lo es cualquiera de nosotros y que ahora está en las únicas manos que permanecen en el inmenso océano del misterio que convierte lo imposible en posible.
Dios le tenga en su gloria y nos lo devuelva un día, aún más “Purple rain”.
I LOVE YOU today, tomorrow and ALWAYS,
Carmen.