SUPERACIÓN, traumas del corazón

«Quien ame su vida la perderá, quien la entregue, la ganará»

Hola amigos. Estos días he vivido ciertas experiencias que me han hecho volver a meditar sobre esos traumas que vamos acumulando con el paso del tiempo, y que a veces nos recuerdan que están ahí, haciéndonos la vida más incómoda.

Pienso que todos tenemos traumas, por una sencilla razón, todos tenemos sensibilidad y vivimos en un entorno hostil al que enfrentarnos cada día, con más o menos éxito. No tenemos los mismos recursos para enfrentarnos a unos temas, como a otros, ya que las experiencias acumuladas a lo largo de la vida, nos ofrecen parte del total aprendizaje, la otra parte, va surgiendo según nuestras circunstancias y en según qué momentos nos pilla, o no, de improviso.

Está claro que todo esto es un arte, en el que tan importante es sabernos perdonar, por nuestra lógica inexperiencia y vulnerabilidad, como saber perdonar. Aunque esto último, nos cuesta mucho más. Solemos aplicar la máxima de, «yo esto nunca lo haría, ¿cómo a alguien se le puede ocurrir hacerlo?, y nuestra respuesta suele ser, «que mala gente hay por el mundo». ¿No sería más acertado pensar que tus puntos fuertes no son los mismos que los de los demás y a la inversa, que las experiencias, traumas y sentimientos de los demás, corresponden a una existencia concreta, con unas características distintas, pero no por ello peores que los de cualquiera?.

Pensar así, no solo nos puede ayudar a saber entender y en consecuencia perdonar a los demás, también nos ayudará a perdonarnos a nosotros mismos y a hacer lo que realmente deberíamos hacer: «tirar pa lante», sin miedo y con la confianza de que no es cuestión de, «bueno o malo», muchas veces es simplemente cuestión de, desprenderse de tanto prejuicio, atreverse a encontrar la humildad, que lejos de hacernos más vulnerables nos hace más sabios, y actuar en consecuencia.

Ese Jesús de Nazaret, que me tiene loca, se atrevió a hacer todo eso. Algunos dirán que las consecuencias fueron nefastas, pues lo crucificaron por ello, yo les digo, mirad más allá, así podréis decir, «POR ELLO RESUCITÓ».

LOVE, Carmen