Hola amigos. En esta ocasión me gustaría volver a mis vivencias personales para contaros algo que quiero no quede en el olvido.
Hace unos días, nuevamente tuve que toparme con la dura realidad que es la muerte. La madre de una amiga mía falleció repentinamente. Ella era el sostén de la familia por su gran valía, capacidad de esfuerzo, tesón, bondad y coraje, pero ese fatídico jueves en el que cumplía 74 años, la muerte arrancó su vida, llevándola ante Dios.
He visto a mis amigos desgarrados por el dolor, a su hija y a su yerno. Muchos serían los pensamientos que pasaban ante ellos, al igual que en el de todos, uno retumbaba de manera especial en el mío.
Todas las historias de la gran familia de seres humanos que formamos ese rebaño de ovejas que Jesús vino a recoger, tiene historias increíbles y la de ellos es una de ellas.
Esta familia es muy trabajadora. La patriarca les ha dejado y ahora tienen que hacer frente a una situación muy dura ya que a pesar de ser todos tan trabajadores, emprendedores y humildes, parece esto, no ser suficiente.
Ella les permitía seguir con su vida de vértigo laboral para que sus hijos pudieran pagar la hipoteca de su casa y alimentar a sus hijos, ya que cuidaba de todos, pero ahora no está. Esto me hizo entender nuevamente, la locura que estamos viviendo. Si no es por el esfuerzo de nuestros mayores, a pesar de trabajar, incluso como este joven que casi ni duerme de las horas que echa, no hay manera de salir de la miseria.
No me parece en absoluto justo que un joven valeroso, sacrificado al máximo y honrado, no pueda sacar a su familia adelante porque estamos en crisis o porque el mundo entero se ha vuelto loco, nos, hemos vuelto locos. Si no encontramos soluciones ¡ya!, esto no puede acabar bien.
Los jóvenes emprendedores solo se encuentran con TRABAS y España ahora parece un puñado de esclavos dispuestos a trabajar por cualquier miseria para sobrevivir, teniendo que contar con la ayuda de los padres para apaliar los efectos de la falta de tiempo que estos padres por obligación no pueden dedicar a sus más pequeños. ¡Vergonzoso! Y para colmo, como dice el Papa, hay dinero para la guerra y no para crear trabajo.
No sé vosotros amigos, pero yo le ruego a Dios que me dé entendimiento para hacer algo. Paso de todos los políticos demagogos que tenemos. Ninguno parece entender que todos deberíamos aprender de todos.
Un amigo americano me contaba que en EEUU funciona ayudar al pequeño emprendedor y el modo en el que los ciudadanos siempre controlan la creación de nuevas leyes y decisiones de cualquier tipo, porque cada año se vota para aprobar cualquier propuesta de cualquier ciudadano que tenga un respaldo considerable o del gobierno, y si éste no supera las expectativas de su pueblo, a la calle. Tienen previsto que intenten mirar por sus intereses y han puesto los recursos necesarios para que suceda lo mínimo posible. Sin embargo aquí, nadie habla de mejorar el sistema con propuestas claras y directas.
Parece que vivimos muy conectados gracias a las nuevas tecnologías, pero muy separados a causa de nuestra falta de curiosidad, prejuicios…, lo mismo me da, el caso es que algo hay que hacer. Yo propongo que nos comamos el orgullo, o lo que sea y miremos lo que les funciona a nuestros hermanos y tratemos de reunir lo que necesitemos para salir de esta miseria. Nuestro pueblo se lo merece y sólo lo obtendrá si cada uno de sus ciudadanos, luchamos por lograrlo. Es un duro camino, pero como siempre hemos hecho, LO HAREMOS.
LOVE, Carmen.