«AMOR» con mayúsculas

Cristo Otero de nocheHola amigos, hoy quería tratar un tema del que todos hablamos, el AMOR, pero quiero intentar hacerlo en su máxima expresión, tomando como referencia, al que considero, mejor entendió este concepto y lo llevó a cabo, porque es obvio que no requiere esfuerzo amar a los que te aman, otra cosa es hacerlo con aquellos que incluso pueden despreciarte.

Yo de pequeñita soñaba con ser una súper heroína. Cada noche cerraba los ojos y me encontraba con súper Maricarmen, salvando la vida de aquellas buenas personas que me necesitaban y yo con mis extraordinarios poderes, les protegía y por supuesto, todos admiraban mi labor y a mis increíbles capacidades. Qué lejos estaba de entender lo que realmente significaba ser súper Maricarmen.

Menos mal que la información te ofrece poder, al darte aquellos conocimientos que desconocías para manipularles a tu antojo. Lo malo son los prejuicios que pueden apartarnos de conocer aquello que antes de haber tratado de adquirir, ya prejuzgamos como malo, porque alguien nos lo ha dicho así o simplemente hemos tenido malas experiencias que nos apartan del contenido esencial.

Yo tuve suerte, ya que desde niña miraba al cielo sabiendo que alguien me observaba siguiendo cada uno de mis pasos y mis padres nunca interrumpieron ese afán de búsqueda. Además mi entorno actuaba igual de tolerante. Si hubo algún malmeter, mi fe lo redujo.

De ese modo escuché que tenemos muchas malas costumbres que no nos dejan ver la realidad del prójimo y por eso tendemos a juzgarlo y condenarlo. Siempre había escuchado que hay buenos y malos, pero de repente alguien afirmó que solo Dios es bueno y el resto no estamos libres de pecado, por tanto debemos amarnos y tratar de ayudarnos. Dios busca a los pecadores, será entonces que no son tan despreciables y que si busco en mí, me daré cuenta que yo también soy uno de ellos, buscando ser entendido, ayudado y amado, no condenado.

Tras este conocimiento, súper Maricarmen parecía tener que ser rescatado por el verdadero héroe que sin mirar por su propio beneficio, miró por el mío y por el de todos mis hermanos, tan pecadores y débiles como yo. Por tanto, una cura de humildad sería el único modo que podría salvar mí realidad. Pero no todo estaba perdido, también averigüé que si camino a su lado, puedo convertirme en ese ser único que Dios creó, para una misión particular, que tras poner los pies en la tierra, podrá llevar a cabo.

Amigos, los prejuicios eliminan el saber, no te dejan evolucionar, evaluar, probar nuevas formas que si les damos una oportunidad, quizás mejoren nuestros conceptos y lo hacemos constantemente, con otras culturas, conocimientos de todo tipo y lo peor de todo, personas. Por eso despreciamos lo que no suena como estamos acostumbrados y seguimos matándonos los unos a los otros, ya que hay que eliminar a los malos, olvidando, que todos lo somos si no nos pegamos a ese AMOR con mayúsculas. La ignorancia es muy osada y de nosotros depende que destaque o no, en nuestras vidas.

Por todo ello os propongo que tratéis de conocer mejor  aquello que apartáis, eliminando en lo posible vuestros prejuicios. Sed sinceros con vosotros mismos y pedidle a Dios que os acompañe en la tarea. Seguro que si así lo hacéis de corazón, encontraréis a vuestro héroe interior, APRENDIENDO A AMAR,  al tratar de entender  un poco mejor a los demás sin condenarlos. Todos tenemos esa mala costumbre y de todos es responsabilidad revertirlo, porque todos estamos en el mismo barco.

LOVE, Carmen.

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