Con nombre de MUJER

Hola a todos. Con motivo del día de la mujer del día 8 de marzo, me he propuesto escribir estas líneas, con el sentir de una mujer, en la realidad de su día a día, dejando a un lado toda hipocresía.

Después de que: He recogido la ropa, hecho las meriendas de los niños, fregado, doblado la colada, dado de comer al gato y finalmente he propuesto a mis hijos que estemos un rato en silencio, ellos para estudiar y yo para escribir. Y esto sin mencionar la mayor parte de las tareas domésticas que me han ocupado el resto del día.

Pero no es mi intención quejarme si no mostrar una realidad que nos sucede a muchas mujeres que queremos conciliar nuestra vida familiar con la laboral. Sin embargo con tantas responsabilidades, cuando tienes hijos y tareas, es muy difícil si los instrumentos que hay a nuestro alrededor, no lo facilitan.

En mi caso concreto, como escritora lo tengo fácil porque cualquier hueco me viene bien, como el de ahora, pero no obtengo una remuneración que me permita subsistir, ni un reconocimiento social, como podría tenerlo un hombre.

El otro terreno que también conozco, es el de los maestros, al ser yo una de ellas. También aquí encuentro discriminación, ya que la odisea para sacarte una plaza del Estado, es inversamente proporcional  a la maternidad -además de ineficaz-, y de igual modo si te quedas en la lista de interinos.

No se tiene en cuenta la singularidad de una madre o un padre que también quiere correr con la responsabilidad de educar a sus hijos, mandándote a destinos lejanos a tu hogar. Tan sólo eres un número más, que ha pasado una criba durante cuatro horas, y en donde no cuenta NADA, tu historial académico, a pesar de ser en donde realmente, los profesores que te han formado, dejan su criterio, tras la observación diaria, obtenida a lo largo de la carrera. Sólo descubres lo INJUSTO DEL SISTEMA DE SELECCIÓN y que la CONCILACIÓN familiar, laboral, brilla por su ausencia y que es meramente una consideración que queda bien en el discurso de los políticos, pero IRREAL.

Si estás dispuesto a dejar a tus hijos a edades muy tempranas, con los abuelos, guarderías, cuidadores… eres la persona que están buscando, pero si tú mism@ quieres hacerte cargo de ellos, te lo ponen prácticamente imposible.

Ahora se lleva esto de tener hijos para que sean los educadores del estado quienes te lo cuiden o sangres a tus pobres padres para que hagan lo que nadie puede hacer mejor que una mamá. Yo por lo menos, soy de las que he sentido esa sensación cuando tuve entre mis brazos a mis hijos y todavía soy capaz de recordar la necesidad que sentí de niña, de que mi madre estuviese a mi lado. Y por supuesto, un padre comprometido, también ES un valor incalculable para el óptimo desarrollo psicológico y emocional del niño.

Que entre los dos se pueda educar, mimar, acompañar, guiar a los hijos; es lo ideal, nos quieran vender lo que nos quieran vender.

Pero poco entienden o quieren entender de esto los países desarrollados, quitando cuatro de ellos. Aunque si me pongo a contar lo que todos sabemos y callamos de los países subdesarrollados… ¡Pero lo voy a contar!

Resulta que compramos un montón de productos hechos allí, COLABORANDO con quienes explotan a las mujeres, que trabajan hasta desfallecer en empresas donde cobran una miseria, y luego al llegar a casa, tienen que sacar adelante todo lo demás, con un hombre educado para ser servido y mujeres supeditadas a las decisiones del hombre; sin derecho a la educación, la dignidad, con prácticas inhumanas como la mutilación genital femenina… Otras son violadas, golpeadas, denigradas, supeditadas a la fuerza bruta. ¡Puf! ¡Lo que queda por hacer! Porque no exagero nada.

Hasta que el PODER no esté en manos de la SENSIBILIDAD QUE ESCUCHA EL SENTIR DEL OTRO y que aún conserva la mujer, la fuerza bruta seguirá queriendo imponer su criterio por pura ignorancia. De nosotros: Hombres y mujeres, depende inclinar la balanza hacía una postura u otra.

Es importante reconocer que fueron, son, nuestras MADRES, las que sin pedir notoriedad nos dieron y nos dan, las claves para mantener la humanidad que dignifica al ser humano. Recojamos ese modo de SENTIR y daremos esa DIGNIDAD que se MERECEN TODAS LAS MUJERES: VALIENTES, MADRES, MÉDICOS, MAESTRAS, ECONOMISTAS, ARTISTAS,DEPORTISTAS, CIENTÍFICAS… DULCES, SENSIBLES…

¡Qué cómo dijo el obispo de Madrid, hasta la virgen María nos ampara!

LOVE, Carmen.

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