Hola amigos. Os habréis dado cuenta de la cantidad de mensajes que hay por todas partes para propiciar la preparación de la llegada de la Navidad, o lo que es lo mismo, el recibimiento de la celebración del Nacimiento del Rey de reyes, el niño Dios, Jesús de Nazaret. Pero me pregunto si son suficientemente claros.
Parece algo sencillo de entender, pero a la vez complicado ya que si somos realistas, hoy en día Jesús debe de tener más de 2000 años y sin embargo conservarse divinamente. Pero es obvio que el momento clave comenzó el día en el que Dios decidió pisar la tierra con las características de un hombre, para mostrar a sus hijos el camino a seguir por medio de su palabra y más importante aún, por medio de su ejemplo.
Cada año volvemos a revivir una y otra vez ese momento, con la esperanza de recoger nuevamente un poco de aquel momento glorioso y llenarnos de él. Porque nada es suficiente en esta espera, en este caminar por una senda única en el que cuando doblegamos nuestro orgullo y obstinación, recuperamos ese camino que comenzó miles de años atrás, aprendiendo de él y formando parte de un estilo de vida diferente.
Muchos hablan del silencio para oír nuestro interior sediento de paz y redención, otros de gestos simbólicos que nos inspiren y remuevan el corazón. Yo por mi parte acudo a la observación de nuestro entorno, comenzando por definir cuál es nuestro lugar en él. Si estamos donde debemos, todo lo demás fluirá como deba ser.
Por eso, en estos días tan especiales, os dejo una frase que puede ser inspiradora, deseándoos un buen camino de Adviento hacía la renovación de un corazón entregado a la esperanza de un mundo donde reine siempre el AMOR.
“Si haces primero aquello que debes, luego harás lo posible y finalmente, lo imposible se hará realidad”
LOVE, Carmen.