Hola amigos. Muchas cosas me han sucedido estos días, una experiencia en particular, es la que quiero compartir con vosotros que aunque podría parecer banal y ridícula, no lo es.

Un experto vendedor, en un producto al que no voy a mencionar, porque es lo de menos, captó a una amiga mía para hacer en su casa una demostración de su material con la promesa de darle a cambio unos regales. Yo y otra amiga éramos las “invitadas”.

Fue fácil hacernos ver las prestaciones excepcionales que ofrecía aquel producto. Más difícil era hacer ver, que lo necesitábamos  tanto como para pagar un precio mucho más alto de lo que realmente cuesta su producción. Sin embargo, el vendedor utilizaba sus tácticas sin descanso, hasta casi hacerte sentir culpable sino aceptabas sus desmesuradas ofertas, que poco a poco iban decreciendo, intentando hacerte creer que era justo.

Sin embargo, yo soy dura de pelar. Pero para mi asombro, el vendedor me mostró la cantidad de pedidos que había hecho ya en pocos meses. Fue entonces cuando me di cuenta, cuan manipulables somos.

Está claro que esos precios eran totalmente desorbitados. De sus ventas viven los comerciales, pero crean necesidades extremas, cuando son simples materias, creadas para CREAR NECESIDADES de las que se pueden prescindir.

Todo esto me hizo entender, lo importante que es estar siempre alerta y al lado de la VERDAD. Tener unos valores claros y no dejarte llevar por ciertas emociones que poco a poco te pueden ir arrastrando al embuste. Algo que nunca es justificado.

Las cosas tienen el valor que les quieras dar, pero para mí, el valor más importante no es el económico, sino el espiritual, y sentir como unas determinadas personas, consciente o inconscientemente, me están intentando vender algo por encima del valor de mercado, porque tienen todo un montaje alrededor, que les mantiene en este estatus, me parece de todo, menos JUSTO.

Se aprovechan de la gente, en su desesperación o adicción creada, sin atender a otra cosa. Por tanto, estad alerta y que no os coman el coco. Nadie os tiene porque decir cuales son vuestras prioridades, ni maquillar la realidad.

Por todo ello, os recuerdo que la vida son muchas cosas, pero no merece la pena agobiarse por simpleces. Sed conscientes de la realidad y enfrentaros a ello sin miedo. Escuchad vuestra verdadera voluntad. Está en todos nosotros. En nuestro interior, donde ni siquiera nosotros podemos ver, pero si sentir, si nos tomamos nuestro tiempo, en el más estricto, SILENCIO.

LOVE, Carmen.