Hola amigos. El otro día leí un libro muy interesante, que os recomiendo, titulado: “Renacer en los Andes” de Miguel Ángel Tobías. Me gustó, no sólo por la cantidad de aventuras extraordinarias que se ha atrevido a vivir el autor, sino además porque en situaciones extremas, describe con gran precisión, como descubrió la presencia de Dios junto a él, enviándole elementos clave para salir de una muerte segura. Y desde entonces él se siente, en lo que denomina: «En comisión de servicio», a lo cual yo le doy la interpretación personal de: Estar al servicio de Dios en lo que le necesite, lo cual es un bello modo de DAR PARA SER.
Os cuento esto, no sólo por lo interesante que es descubrir como otras personas descubren a Dios, sino también por esta conclusión a la que llega, ya que tengo una amiga, que la veo tan perdida con respecto a este tema, que creo que le voy a prestar el libro, para que vea más allá.
Y es que, estar en comisión de servicio significa tener como objetivo ACTUAR de modo SANADOR, teniendo la paz y la tranquilidad de saber, que hay alguien detrás de nosotros, para recogernos cuando caigamos. Nuestra misión es simple y la podemos precisar por medio de los talentos que nos han sido asignados, pero de nada servirán, sino somos conscientes de para qué utilizarles. No es lo mismo usar tu habilidad para ganar dinero y subsistir, que saber que eso es algo que se te dará por añadidura si te dedicas a utilizar tus dones, para cambiar los corazones de la gente.
Recuerdo que un día, hablando con esta amiga, sobre como veo yo que actúa Dios en este mundo, la llamó la atención mi criterio sobre el LIBRE ALBEDRIO. Así entendí que hay muchas personas que aún no han sentido cerca la presencia de Dios –como si lo hizo este autor, en situaciones extremas–, y por ello le niegan o le culpan de todas las cosas que suceden en el mundo, ya que las consiente.
A mi juicio, olvidan lo fundamental, que es el hecho de que precisamente dichas “injusticias” se producen, porque SOMOS LIBRES de actuar como decidamos. Dios pone a nuestra disposición SU LEY, a su HIJO y a su ESPÍRITU en nuestros corazones, y nosotros decidimos con nuestras acciones, muchas veces contrarias a lo establecido por Él: Por eso creo que hay injusticias, ya que damos oxígeno al mal y vive entre nosotros cuando somos egoístas, caprichosos, soberbios, prepotentes, individualistas, llenos de prejuicios que nos ciegan, con desidia, indiferentes al sufrimientos de los que nos piden a gritos ayuda… ¿Qué puede salir de todo esto? ¿De verdad somos tan ingenuos que podemos pensar que sea algo bueno y que debemos quedarnos tranquilamente en casa estando en manos de todo esto?
Aun así nuestras decisiones; buenas o malas, son RESPETADAS por el creador, ya que sólo en LIBERTAD se puede uno formar: El mejor modo de saber lo que está bien y lo que está mal, es SUFRIRLO, ya que no se aprende en cabeza ajena y sin embargo nos atrevemos a reprochar a Dios, su elección de darnos la posibilidad del SABER. Lo cual no quiere decir, que si le pedimos ayuda, reuniendo una serie de características claves para provocar su clara INTERVENCIÓN, Él no lo haga. ¡LO HACE SIEMPRE!
En el libro de Miguel Ángel, se puede leer lo que él considera, podrían ser los factores que llevaron a esa intervención divina. Yo personalmente he sentido su actuación cuando he tenido la humildad de no juzgar a Dios por lo que no me sucede, sino de DAR lo que puedo ofrecer y pedirle algo ESENCIAL sabiendo que Él, PUEDE y que además lo reclamo, por un bien ajeno a mí, ya que en el fondo sé, que yo ya estoy a salvo en Él. Pero la necesidad de AYUDAR, me lo pide.
Por eso vuelvo a la idea inicial: Estar en comisión de SERVICIO. Si supiésemos cuanto bien podemos hacer, seríamos más conscientes, útiles y felices, con los dones que poseemos ya, quejándonos menos y actuando más, con AMOR los unos por los otros y CONFIANZA en quien de sobra, hará lo que debe hacer: Cuidarnos para darnos lo IMPRESCINDIBLE: ENSEÑARNOS A ANDAR POR NOSOTROS MISMOS.
Y es que, al final, lo que a todos nos gusta, es poder presumir de lo que alcanzamos cuando somos capaces de CREAR nuestra propia FORTUNA. En eso está nuestro MAESTRO, que con sus manos protectoras tras nosotros, nos anima a DAR para SER.
LOVE, Carmen.