«LA LUZ DEL MUNDO»
Hola a todos. Ayer volví a dejar a mis hijos en el cole y al mirarlos, volví a sentirlo. Os preguntaréis, ¿el qué? Pues me refiero a su inocencia. Son tan vulnerables, tan dulces, tan expectantes e inocentes que me da miedo que se les dañe y admiro su ser. Ellos sí que saben y todos los días, cuando me percato de la suerte que tengo pudiendo cuidar a unos seres tan superiores a mí, le doy gracias al cielo y me pregunto que habré hecho yo para merecer esto.
Supongo que algún día yo también fui así y el tenerles cerca me lo hace recordar e intentar rescatar todo lo que perdí convirtiéndome en adulto.
Cuando nacieron mis hijos lo supe; toda mi vida buscando la razón de mi existencia y allí estaba, frente a mí, tan pequeñito, hermoso y sencillo a la vez. Ningún sentimiento se puede comparar al que sentí entonces y me alegro de no habérmelo perdido. Ahora sé que habría sido una gran pena, porque es lo más grande que tengo y he sentido jamás. Son el motor de mi vida, hacen que tenga las fuerzas necesarias para luchar por todo lo que siempre he querido hacer para realizarme. Me dan esa energía que lo mueve todo.
Otras veces me agotan y deseo que se vayan ya a la cama para dejarme tranquila un poco, pero luego me doy cuenta de que yo les necesito más a ellos de lo que ellos me necesitan a mí. Cuando «hacen de las suyas» y logro entenderlos eliminando absurdas sospechas, que en realidad son llamadas de atención que emiten para pedir ayuda, sé que me acerco al saber. Con ellos es más fácil quitar de mi mente malas interpretaciones y ver solo sus miedos y dudas, porque les adoro.
Pero no quiero terminar esto sin decir algo al respecto, que considero puede ser útil en los tiempos que corren hoy en día: Me imagino que a muchas mujeres les puede entrar pánico al enterarse que están embarazadas en un momento que no han previsto pueda ser idóneo, pero desde mi experiencia, las querría decir que, para recibir lo más hermoso que la vida te puede dar, siempre se tendría que estar dispuesto y pedir ayuda sí es necesario.
Por lo que yo sé ahora mismo, no permitiría que un regalo así, pudiese arrebatármelo nada ni nadie. En contra de lo que pudiera parecer, ellos no son un obstáculo, solo un regalo al que seguramente sabrás cuidar y te cuidará y dará mucho más de lo que ahora estás buscando.
Por eso, no voy a lanzar un grito contra el aborto, voy a lanzar mi voz, a favor de la vida y de llamar a las cosas por su nombre: un obstáculo no, DIVINA INOCENCIA. Un obstáculo es el miedo, es sentirte perdido, solo, desamparado, pero ese pequeño ser, seguramente te dará todo lo que necesitas para que vuestra vida tenga sentido y emoción.
Mi consejo a alguien que duda, sería; descansa, luego piensa, planea y ADELANTE, llénate de positividad y el resto vendrá solo.
En fin, amigos, que a alguien se lo tenía que contar y hoy os ha tocado a vosotros.
Os dejo con unos párrafos que les dedico a todos los niños del mundo y en especial a mis hijos:
Antes de verte sentí que:
Poco importaba tu tamaño, o sí sonaba ya tu voz, al sentir tu corazón, que con fuerza latía en mí, entendí ese milagro del regalo que el me dio.
Por eso sé la grandeza, que me espera en mi interior, no hay nada que por ti no haga, ni mayor fuerza de Dios.
Después:
Cuando al fin pude tocarte y sentir tu resplandor, comprendí que ese vacío, existió y ya acabó. Tanto tiempo fui buscando, un sentido una emoción y eras tu pequeño amor.
He entendido este milagro del regalo que el me dio, y ese, él, es el AMOR.
LOVE, Carmen