Don Jesús

Hola amigos de mi blog. Hoy domingo, quería compartir con vosotros la despedida de un sacerdote muy especial, que hemos celebrando en mi parroquia con motivo de su jubilación a sus setenta y cinco años de edad.

su nombre es Jesús Andrés. Y la cara de bondad que veis en la foto, muestra parte de la belleza interior que posee. No por casualidad nació en Navidad. Lo cual me hace recordar esos días en los que daba misa y después mi hijo y él se felicitaban mutuamente el cumpleaños frente al pesebre navideño de la Iglesia.

Y es que son muchas las cosas que vamos a añorar de él: sus palabras llenas de sencillez y sabiduría, su sentido del humor, su disponibilidad para cualquier proyecto, que él mismo promovía y motivaba. ¡Incansable y siempre con una sonrisa, palabra de aliento y buen humor!

En fin, un sacerdote ejemplar, que cuando mira al cielo y luego dice lo que le ha inspirado, escúchale bien porque acierta. No hay quien se resista a su tierno corazón que sus limpios ojos muestran.

Pero, como él mismo diría, hay que mirar hacia el frente y confiar en Dios. Tendrá que ser así y otras misas vendrán con otro sacerdote además de nuestro jovial párroco, que se deja la piel en cada misa, catequesis y proyectos varios.

Me queda el consuelo de saber que seguirá cerca de nosotros y yo en particular, ya le he dicho que necesito periódicamente de ese saber que el Espíritu Santo procura en él, para que alimente mi espíritu. Siento que es el más adecuado y un regalo de Dios que ha puesto en mi camino.

Son muchos los regalos que nos deja, y están ahí, esperando ser recogidos para iluminar nuestra alma, sedienta de PAZ.

Espero que todos los que leéis estas letras, sepáis identificarlos y disfrutarlos. Porque guían nuestras vidas hacia el lugar más bello, jamás imaginado.

Con absoluta GRATITUD a ellos, os deseo mucho AMOR.

LOVE, Carmen.

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