¡Hola amigos! Una semana más, heme aquí entre vosotros. Hoy, tratando de buscar la actualidad. A estas alturas seguimos hablando aún del “Ébola” (enfermedad vírica aguda grave que podría extenderse por los países desarrollados), de si Isabel Pantoja entrará o no en prisión y de un nuevo pillastre llamado, Francisco Nicolás Gómez Iglesias, de tan sólo 20 años y ya, un presunto ‘estafador del CNI’, entre otras muchas cosas, con delirios de grandeza y por lo visto, la suficiente labia como para hacer creer a los altos cargos del poder, que deben confiar en él (lo cual no me extraña en absoluto).
En fin, que estas y otras muchas cosas más como; el caso Pujol, o que, más estudios sobre la posible independencia de Cataluña aseguran que sería cara, costosa e incierta y que votar por la independencia es jugarse el futuro de Cataluña a la lotería, y un montón de asuntos escabrosos más, están en primera plana.
Sin embargo, a mí me suele gustar buscar ese lado de la noticia, del que nadie habla. Por ejemplo, escogiendo el caso que ahora más me impacta, el del “ébola”, diría que algunos ya han denunciado la falta de humanidad para con las personas del tercer mundo, lugar desde el cual se inició esta enfermedad en 2013. Antes no nos interesaba ayudarles, ahora “perdemos el culo” por hacerlo, gracias en cierto modo, diría yo, a que algunos ciudadanos del “primer mundo”, han ido allí para ayudar desinteresadamente y finalmente nos han traído su realidad.
Este hecho, podría parecer muchas cosas; un castigo, una simple consecuencia o una bendición. Yo opto por la bendición porque gracias a esto, podemos disponer de una posible cura o ayuda para TODOS, sin distinción económica, social, racial…
La auxiliar de enfermería infectada de ébola ingresada en el Hospital Carlos III- La Paz de Madrid, está ya en buenas condiciones. Ha estado siendo tratada con suero procedente de la hermana Paciencia Melgar, que superó esta misma enfermedad padecida en agosto, sin ser trasladada a España junto al primer misionero repatriado, Miguel Pajares.
Esta hermana, se contagió cuando cuidaba a los religiosos del hospital St Joseph de Monrovia (Liberia), al igual que le ocurrió a Miguel Pajares. Desde entonces, nadie les ha hecho un reconocimiento por su labor, más bien parece que ha quedado la impresión de que daban miedo al traernos algo “malo de fuera”. Bajo mi punto de vista esto es, el mundo al revés.
Sin duda vivimos en una burbuja y no nos enteramos de nada. Esta gente se merece ser VALORADA y SER NOMBRADOS UN EJEMPLO A SEGUIR. Nosotros somos los que ya estamos muertos y ellos los que nos traen la VIDA, porque son CONSCIENTES y su vida está enfocada a esa REALIDAD que nosotros intentamos evitar.
Si queremos que cosas como estas no vuelvan a suceder, tendremos que CAMBIAR nuestra perspectiva. Todos estamos interrelacionados y debemos caminar juntos. El ébola es la punta del iceberg con respecto a lo que nos puede llegar a suceder si no CAMBIAMOS.
En fin amigos, desde aquí yo si quiero ENCUMBRAR a estos MISIONEROS MARAVILLOSOS y a Teresa Romero, ya que cuidó de Miguel, aún a sabiendas de que su vida corría peligro. Espero y deseo que cojamos buena nota de esta experiencia y entendamos la VERDADERA REALIDAD, TAL Y COMO ES.
LOVE, Carmen.