Hola amigos. Hoy vengo, como se suele decir, “calentita”, o dicho de otro modo, en andaluz: “mu enfadá”. Y es que resulta que los del partido político “Podemos” de España, no contentos con intentar quitar la programación de los domingos por la mañana, de la Santa Misa, que ven sobre todo los enfermos y personas mayores, y no habiendo tampoco podido quitar la Navidad, ahora, según he leído en un artículo, que espero sea falso, quieren impedir que se celebren las procesiones de Semana Santa.
LA CONFRONTACIÓN estará servida si es así.
Una amiga de otra fe no cristiana decía; qué cómo no se le había ocurrido antes a nadie esta idea de Podemos sobre eliminar las tradiciones católicas hechas en público y por todos ampliamente conocidas. Pues sencillo, porque hasta que llegaron ellos, existía el RESPETO por algo que sale de tan adentro del corazón y que nuestros padres nos han inculcado porque así lo hicieron con ellos los suyos y así sucesivamente. La idea maliciosa de, acto reprochable, no estaba en el clamor popular, sino más bien en quienes ahora decidan propagarla.
Supongo que tendrán algún trauma que superar a este respecto y por eso les da por sembrar el anti catolicismo, pero a mi modo de ver, fomentarlo en la sociedad, no es la manera de resolver sus propios conflictos.
Yo particularmente, he viajado por numerosos países y el hecho de que se realicen manifestaciones públicas sobre temas de interés multitudinario, es un recurrente. Sobre todo los que se llevan haciendo durante años. En España no se hace nada inusual. Lo que podría ser diferente, es que nuestras costumbres son otras, como lo es nuestra forma de ser. Pero al igual que a todos nos parece bien RESPETAR las diferentes identidades, ¿por qué no hacerlo de igual modo con la nuestra? ¿Tienen que venir éstos a decirnos lo que sí se puede tolerar y lo que no, según les convenga a ellos, que van de “guais” por la vida?
Pues, amigos, yo no sé si seré tan guai o no, pero lo que sí que sé, es que si veo a alguien tratando de frenar algún paso de la Semana Santa, me veréis yendo yo misma a sujetar al “Sin Pecado” junto a mis hermanos cofrades y aunque me insulten, blasfemen, escupan o lo que les dé por hacer, de ahí no me mueve nadie. Quiero, que al igual que respeto otras manifestaciones públicas de otra índole en mi país, se respeten también las que a mí me llegan al alma y de igual modo quiero que mis hijos aprendan a ser fieles a sus principios, con la lucha pacífica, por la libertad de expresión.
Qué a nadie le confundan: nosotros no somos los enemigos de nadie. Y es que:
Cada uno entiende lo que le toca el corazón, pero El RESPETO entiende todos los corazones.
¡RESPETA MI FE!
LOVE, Carmen.