Individualismo o ellos

 

IMG-20160609-WA0003Hola amigos, o quizás debería decir, hermanos. Ahora os explico por qué. Os quiero contar una experiencia que acabo de vivir hace pocas horas, cuando estaba en la estación de trenes acompañando a un familiar. Hasta aquí todo parece normal, sino fuera porque íbamos acompañados también de mis dos hijos, que allí donde van, son niños.

 Nada más poner los pies en la estación, mi hijo más pequeño, divisó a lo lejos a otro niño, algo más pequeño que él, pero igual de juguetón y “saltimbanqui”. Como os podréis imaginar enseguida entraron en contacto el uno con el otro y como si se conocieran de toda la vida, comenzaron a compartir mil y un juegos, sin parar de reír y ser cómplices el uno con el otro, de tal modo que cuando por un momento les tuvimos que separar, el uno buscaba al otro como si en ello les fuera la vida y agarrarlos con fuerza para frenar su propósito, no sirvió de nada.

 Cuando finalmente se encontraron de nuevo, se llamaron hermanos el uno al otro y al despedirse se dieron un beso en los morros, con la esperanza de que pudieran volver a reunirse en otro momento. Todos los que estábamos allí viéndoles interactuar, sentimos lo bello que era aquella situación y disfrutamos sin opinar aparentemente, pero sin duda, admirábamos su humanidad y capacidad de socializarse con una hermandad envidiable, que con el paso de los años, los adultos, hemos perdido.

 Se buscaron sin juzgarse, sin prejuicios, compartiendo cada momento con el juego como elemento principal y totalmente entregados el uno al otro. ¿Qué más se puede pedir? Este es el ser humano puro por el que todo merece la pena y que todos llevamos dentro, pero que con la edad termina siendo individualista, yendo contra su propia naturaleza, corriendo el riesgo de auto destruirse.

 De nosotros depende que eso no suceda haciendo un esfuerzo por correr el riesgo de conocer a otros, hermanos, con quien compartir algunos buenos momentos, en el que no nos juzguemos, sólo riamos y compartamos emociones que seguro, nos harán mejores personas.

 El miedo a que nos hagan daño nos cierra muchas puertas, pero nadie dijo que no pudiéramos escoger y entregarnos sin complejos y estos grandes pequeños, nos lo enseñan cada día. ¡A ver quién se atreve a seguirlos!

¡Quien no arriesga, no gana!

 LOVE, Carmen.

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