Hola amigos. Como ayer miles de españoles estuvieron opositando para poder obtener un trabajo digno en diferentes ámbitos profesionales que ofrecía el Estado, quería compartir algunas impresiones cercanas de dichos aspirantes.
Muchos de ellos lucharon a pesar de diversas irregularidades que en muchas zonas se dieron, porque tienen un sueño, una ilusión y mucha, mucha esperanza de que todo ello se cumpla. Les deseo que así sea, de todo corazón.
Otros sin embargo, debido a sus circunstancias personales, simplemente se presentaron para poder estar en las listas de interinos y tener trabajo cuando su puntuación se lo permita. Muchos de los maestros que han estado trabajando duramente este curso, no han tenido tiempo de preparar tantos temarios, leyes y supuestos, que se exige defender durante unas horas frente a un tribunal. Qué utopía, a pesar de estar mejor preparados por la experiencia adquirida, no tienen tiempo material para demostrarlo.
Me pregunto si todo esto, al final, no es más que un negocio. Hay numerosas academias privadas que se lucran de ello, ya que presumen de tener las claves del éxito. La preparación que se ha obtenido en las Universidades no tiene el suficiente prestigio como para acreditar la idoneidad de un estudiante, visto lo visto, y yo me pregunto: ¿No sería mejor cambiar este hecho para que todos tuviéramos realmente igualdad de posibilidades?
Cuanto tenemos que aprender de otros países, en lo que esto es así. Las calificaciones obtenidas por los profesores que enseñan en las universidades, tienen un valor real y no ficticio, como aquí. La prueba que luego hay que superar, es la de enfrentarse a los alumnos y ser capaz de llevar a cabo la misión que se le encomiende al profesor, desde la identidad que el centro ha decidido establecer.
Aquí seguimos con reglas arcaicas, que obstaculizan la especialización del profesorado, más preocupado en hallar algún año, la posibilidad de superar más y más pruebas estáticas frente a personas que no conocen su verdadero recorrido profesional. Ciegos teniendo que guiar a ciegos.
En fin amigos, que creo que aún quedan muchas cosas por mejorar y quería dejar constancia de ello.
Me sumo a todos mis compañeros, para pedir que entre todos, podamos hacer algo más justo, porque nos beneficiaría a todos, en especial a nuestros futuros hombres y mujeres del mañana, que se merecen la mejor de las atenciones.
LOVE, Carmen.