¡Hola amigos, bienvenidos a mi blog un día más! Hoy quería compartir con vosotros el tema de la confianza, porque quizás estéis de acuerdo conmigo en que es fundamental conocerlo a la hora de entender nuestras reacciones y la de los demás, sin que nos molesten tanto y en consecuencia actuemos a la defensiva.
Me refiero a las reacciones que todos tenemos cuando alguien nos habla de algo que desconocemos o nos intenta vender un producto u ofrecer incluso ayuda. Ante todas estas circunstancias, nuestra reacción suele depender del grado de confianza que te ofrezca esa persona.
Y es que si nos vamos al comienzo de todo, nos encontramos con Adán y Eva, desobedeciendo a Dios para querer saber aquello que Él les advertía, no era bueno que descubrieran, “el mal”. ¿Hicieron mal en desconfiar? … Fuera como fuese, así somos todos y cada uno de nosotros. Hasta que no lo tenemos claro, no apostamos por ello. Sin embargo cuando los demás desconfían de nosotros nos sentimos heridos, olvidando que del mismo modo obramos nosotros.
A estas alturas os preguntaréis que a donde quiero llegar. Sencillamente, a ese titular que dice, “la confianza se gana”, porque nos guste o no, para poder ser escuchados, entendidos o tenidos en cuenta, no nos queda otra que armarnos de paciencia y ganarnos la confianza de aquel o aquellos a los que queramos llegar, pero eso sí, llegando primero a nosotros mismos. Si ni siquiera nosotros somos capaces en creer en aquello que queremos mostrar, decir, hacer…, mal podremos convencer.
Amigos, la confianza se gana comenzando por nosotros mismos y con paciencia con todos aquellos que deseemos compartir algo. Es quizás un arduo esfuerzo pero merece la pena. Dios no tiró la toalla con Adán y Eva y su descendencia; nosotros.
Muchas veces nos dejaremos deslumbrar por bonitas palabras y armoniosos mensajes que de fondo en realidad no tienen nada, pero la experiencia y ese talento oculto del corazón, nos mostrarán el camino.
Y es que hay muchas incógnitas rondando por nuestras cabezas que no nos permiten llegar a esa ansiada confianza que mueve el mundo.
La lucha es diaria y en ella está el modo de encontrar muchas otras maravillas que nos ofrece la vida. Disfrutad de ello.
Espero que mis disertaciones sean de vuestra confianza, porque confío en esa naturaleza del ser humano que encuentra lo bello y desecha todo aquello que le separe del hombre por una hermosa razón, AMAR Y SER AMADOS.
LOVE, Carmen.