Tolstói: Lucas 17, 21

DSC04495¡Hola amigos! Estos días he podido tomarme un relax por diferentes lugares de España. Mar y montaña han sido mis preferencias junto a excelente compañía. Pero no podía volver sin compartir con vosotros un tema muy interesante que hace tiempo me llamó la atención y está protagonizado, ni más ni menos, que por un gran genio ruso llamado León Tolstoi.

Y es que a veces suelo explorar en el mundo inagotable de la información, en donde a veces buscando algo concreto encuentro otra información relacionada que aún me llama más la atención. Así encontré a este gran escritor y filósofo y más concretamente, su obra titulada; “El reino de Dios está en vosotros”, Lucas 17, 21.

Pero antes de empezar por los halagos que quiero propinarle, me gustaría hacer una crítica que espero sea constructiva, a dicha obra. En ella, Tolstói intenta encontrar la esencia del cristianismo llegando a la conclusión de que Jesús intenta enseñarnos la máxima de que NO HAY QUE RESISTITSE AL MAL. De ahí que Jesús nos insista en el perdón y el amor al prójimo que es todo aquel que necesite de ti, independientemente de quien sea o cuales sean sus actos.

Este modo de ver, contrario a todo tipo de violencia, fue muy polémico en su época ya que por aquel entonces la iglesia de Cristo, según el escritor, había pervertido las enseñanzas de Jesús, haciendo posible conciliar dos conceptos totalmente incompatibles: violencia y religión. Por todo ello fue perseguido…

Por su puesto, en cuanto a esto sólo encuentro elogios que luego desarrollare mejor, pero además de difundir esta idea en esta bella obra, desarrolló otra con la que yo también me topé en la construcción de mi trilogía, “Ella estuvo allí”. El tema en cuestión es el de los milagros que Cristo realizó y así están recogidos en los evangelios. Yo en un principio también pensé que no eran relevantes, pero luego me di cuenta de la gran importancia que contenían y que para nada eran un adorno o manera de ensalzar aún más la imagen del Salvador. En realidad encontré una profundidad trascendental.

Para hacerme entender os mostraré un ejemplo claro que podéis encontrar en Mateo 12, 22-31. Brevemente viene a decir que las obras magníficas o milagros hechos por Jesús, son obra de Dios, pero yo aún veo más, puesto que Jesús intenta explicar que el mal que el arroja fuera del hombre es obra del mal. De este modo descubro que todas las miserias que nos rodean no nos son dadas por Dios, si no todo lo contrario, por la falta de Dios.

Si fuésemos capaces de estar siempre al lado de la luz, que es Dios, nada nos sería imposible y ninguna miseria podría atacarnos. Cuando decimos a veces, “¿Por qué Dios me habrá dado esto…?” Herramos. En realidad Dios nunca nos manda NADA malo. Cuando nos apartamos de Él es cuando somos vulnerables, por eso Jesús de un plumazo se cargaba a toda la porquería que se había adherido al hombre, porque Él era la luz.

En fin amigos, que aquí difiero con Tolstói con o sin razón, pero qué duda cabe que este genio hizo maravillas adelantándose a su época y sufriendo las consecuencias por ello. Su regalo fue inspirar a aquel que quiso echar a un lado sus prejuicios y escucharlo. De este modo obró Gandi y quizás muchos más, anónimos para la historia, pero personas que marcaron la diferencia que el corazón puro del filósofo, recogió y nos regaló.

¡Gracias querido Tolstói!, donde quiera que ahora estés que seguro es un sitio tan exquisito como tú.

LOVE, Carmen.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *