Hola amigos. He estado algo ausente en mi blog durante unas semanas porque tengo una gran preocupación por algo que de momento no sé como abordar. Sin embargo, la vida y los acontecimientos no dejan de ser dignos de análisis. Y a pesar de haber permanecido en silencio tras las enésimas elecciones infructuosas en España, mi preocupación es grande. Sobre todo porque veo que el trasfondo de todo es la pérdida de la solidaridad.

Y es que, por si no tuviésemos suficiente con los golpistas, etarras, populistas, y sanchistas, ahora resulta que la plaga nacionalista comienza a hacer aparición en otros lugares de España, en los que prácticamente no existían. No voy a nombrarlos, para no darles publicidad. El hecho es el que importa.

Brevemente querría explicar que todos esos sentimientos que se tratan de fomentar, contrarios a la razón pero directos al orgullo, son dañinos. Especialmente porque van dirigidos a no compartir lo común. Si destacamos lo diferente, pervertimos lo común o lo infravaloramos, dejándolo en un segundo plano y por tanto, el poder COMPARTIR los bienes, que bajo este prisma, ya dejan de ser de todos y para todos.

Este es el meollo de la cuestión, teniendo en cuenta la total libertad actual por la que las diferentes singularidades de la Nación, se desarrollan, con incluso leyes que las amparan. Estas leyes sí son defendidas y asimiladas por una sociedad adoctrinada para autodestruirse si no hace lo mismo con los valores solidarios ya comentados.

Francamente, tenemos un duro reto por delante, pero con un buen análisis de la situación, podrá hacerse frente, con valor, con la palabra, la razón y otro tipo de corazón que fomente el altruismo, la SOLIDARIDAD, la HERMANDAD, en lugar de sentimentalismos vacíos de todos ellos y llenos de codicia.

Este es mi análisis, ahora toca trabajar y ser valientes. Aquí os dejo mi granito de arena.

Feliz Adviento, Natividad y ya hablaremos de los Reyes Magos. Os tengo una sorpresa preparada.

LOVE, Carmen.