Reconocer la verdad

espíritu santo

Hola amigos. Nuevos acontecimientos se han agolpado estos días en mi cabeza. Me gustaría compartirlos con vosotros, buscando la verdad de todos ellos.

Primero me querría pediros una oración sentida desde el corazón, para todas aquellas personas que están sufriendo por diferentes circunstancias o se han ido, dejándonos un pequeño vacío, difícil de llenar. Estos días nuevamente, he sentido esas frustraciones procedente de estas duras experiencias y como suelo decirle a Dios desde mi corazón, “donde yo no llegue Señor, llega Tú por mí. Nadie como Tú, podrá hallar lo más apropiado a cada caso”.

A veces saber tomar el camino más adecuado, parece un imposible, pero nuestro potencial es INMENSO y el día a día, nos lleva a la verdad. Lo importante es ir dando pasos, sin miedo y con la confianza de que si lo que haces lo haces con el corazón, será para BIEN.

Cuando nos llenamos de ese ESPÍRITU, estamos abocados al ÉXITO. Si escuchamos nuestro corazón, ahí donde mora la verdad, encontraremos el camino. Esto me hace recordar una película que pude ver hace unos meses y tenía muchas ganas de comentaros, en concreto unas palabras que me llenaron el alma. Se trata de la película, “12 años de esclavitud”.

No quiero contaros el argumento de la película, porque quizás alguno de vosotros no la haya visto, pero os tengo que contar la breve, pero concisa,  intervención que hizo Brad Pitt. Independientemente de la trama de la película, que os aconsejo veáis, este gran actor, dijo las frases que más me emocionaron y reconocí como GRANDES VERDADES.

Bueno, allá voy (con mis propias palabras). No os dejo más con la intriga. En un momento concreto de la historia, el protagonista le pidió ayuda al personaje que interpretaba Pitt, al encontrarse en una situación extremadamente crítica. Brad le contestó, que reconocía sentir “pánico” por llevar a cabo lo que éste le pedía, ya que entendía las terribles posibles consecuencias que se desencadenarían si lo hiciera y les “pillasen”, pero…, también SABÍA, cual era SU DEBER y por tanto, no le queda otra alternativa que… HACERLO.

Aunque yo destaque esto, toda la conversación de la escena que comento, no tiene desperdicio. Pero volviendo al asunto, os diré que me encantó el modo en el que se encuentra esta gran verdad, al escuchar al corazón. Ese corazón que es UNIVERSAL  EN TODOS y que nos acompaña siempre, con la esperanza de que algún día nos llenemos de Él, para alcanzar ese potencial maravilloso, que todos poseemos, DESPOJÁNDONOS de la carne, para SER.

En conclusión, os diría que, me doy cuenta de que es duro hacer frente a la VERDAD. Nos pide a veces, tirarnos al abismo, sin saber si hay una red que nos sostenga o no, pero eso precisamente es lo que demuestra si estamos preparándonos como debemos, HACIENDO LO CORRECTO, sin esperar otro premio que el simple hecho de acoger esa verdad universal, que nos conmueve y a la que nos entregamos por puro amor y admiración.

Amigos, nada más me queda por decir, sólo que no dudo que vosotros vais por ese camino, con vuestros tropiezos y errores, pero levantándoos una y otra vez, conmovidos por ese espíritu, que os asegura que TODO IRÁ BIEN. LOVE, Carmen.