Hola amigos, hoy quería hacer una nueva reflexión con vosotros. No se sí habéis observado como todos estamos dispuestos a buscar buenos y malos en las situaciones que se dan a nuestro alrededor. Yo llevo unos días que no hago más que percibir este comportamiento.
Muchos de los que no son cristianos echan la culpa a los cristianos o judeocristianos de todos los males del mundo, muchos de los que son cristianos se echan la culpa mutuamente de ser unos retrógrados o demasiado libertinos o indiferentes, pero culpables. Estoy harta de estos mensajes que constantemente señalan a alguien como el malo de la película, cuando todos y cada uno de nosotros tenemos mucho que callar, pero eso sí, que no nos señalen, que no somos tan malos como los demás.
¿No sería mejor dejar de señalarnos y comenzar a pensar que quizás la gente hace las cosas lo mejor que sabe? ¿No sería también mejor pensar que quizás llegaríamos a conseguir ser felices si empezásemos a quitarnos de la cabeza tantos resentimientos y comenzásemos a sentir que estamos en el mismo barco, en busca del mismo destino, en igualdad de condiciones?
Hay algunos programas didácticos en la televisión que tratan muy bien estos temas, me refiero a “Super Nanny” o a “Hermano Mayor”. Me encantan porque enfocan las cosas de modo que se entiendan todas las partes, en la que ninguna de las dos es la mala y donde lo que principalmente sobra, es el rencor y la falta de comunicación, quizás porque se cae en el error de culpar a alguien.
Sea como sea, reconozco que me cansa ese discurso victimista que se aleja del perdón y la comprensión al prójimo. Espero recordármelo cada vez que yo misma cometo ese error y tratar de ser mejor persona buscando en mi interior la respuesta o en aquellos que estén preparados para sacarme de mi propia oscuridad, pero desde luego, la última palabra, siempre está conmigo, solo tengo que querer escucharla.
LOVE, Carmen