«Yo soy, yo y mis circunstancias»
Hola amigos, me estaba depilando las piernas hace un momento y recordando a mi madre, que hace más de un año murió. Es tan aburrido eso de la depilación, que tenía que ocupar mi mente en algo más constructivo. El caso es que me preguntaba sí la había cuidado todo lo bien que se merecía, (imagino que nunca se hace)… De ese modo empecé a plantearme la pregunta de sí todo es circunstancial o no, ya que ella nunca lo tuvo fácil y nosotros tampoco.
Hay niños que nacen en el seno de una familia humilde y otros en familias con un gran poder adquisitivo y bajo mi punto de vista, esas vivencias marcan su existencia y definen en gran parte su personalidad. Seguramente tan duro es ser pobre y tener que abrirse camino de la nada con un montón de puertas cerradas frente a ti, como nacer teniéndolo todo fácil sin apenas esfuerzo, con lo cual la motivación debe ser limitada, a pesar de ser un don innato en los niños.
Además, he observado que ante las mismas circunstancias la gente actúa de diversas maneras, según su personalidad y ese algo indescriptible e invisible que se lleva dentro, al que algunos llaman, corazón. Corazón al que quizás hay que moldear, sensibilizar y dotar de entendimiento.
Por todo ello vuelvo a preguntarme, ahora y aquí junto a mi pelos, cómo actuaríamos sí de repente diéramos la vuelta a la tortilla y también me pregunto, sí eso es una de las cosas que nos espera detrás del telón de la vida, porque nadie ha venido de la muerte para contárnoslo.
Sea lo que sea, creo que voy a seguir el consejo de Jesús de Nazaret, que nos insta a estar preparados y vigilantes para el descubrimiento de esa cuestión tan bien guardada y para cuando “meta la pata”, consolarme con otras palabras suyas que dicen; “quién en lo mucho amó, en lo mucho será perdonado”, y es que ya se sabe, Dios, es amor.
LOVE, Carmen