Vivir con esperanza

«Quien vive con esperanza, fructifica»

Hola de nuevo. Ahora mismo me encuentro en el tren al lado de un señor que está leyendo algo gracioso, a juzgar por como de vez en cuando se echa a reír, mientras yo escribo en mi portátil. Hasta ahí todo bien, lo lamentable es que el lugar al que voy es bastante desalentador. Una persona muy querida para mi está muy enfermo en el hospital y verlo así me hace sentir tanta impotencia y dolor…, a esto nunca te acostumbras, pero ahí estamos, sobrellevándolo.

Desde que se es pequeño empiezas a darte cuenta de que te tienes que acostumbrar a un montón de miserias que te ofrece esta vida; las enfermedades,  accidentes, desafíos que te crea gente, aparentemente  sin escrúpulos, las deudas, el paro, la vejez, las enfermedades, la muerte…, ¿y sólo nos queda acostumbrarnos?

Os voy a confiar un secreto. Una  de las razones por las que soy creyente, es porque algo me dice en mi interior, que eso no es así y quien más satisface lo que quiero es Jesús. Cuando era pequeña sentía una extraña sensación de que alguien invisible me observaba y me protegía, ahora eso no me es tan evidente o simplemente, yo estoy más pendiente de otras cosas que de sentir esa magia.

El otro día hablando con el padre Jesús y mi amigo Gonzalo, en Valencia de don Juan, (bonito lugar), comentábamos entre otras muchas cosas, lo difícil que resulta la vida, pero llenos de ese Espíritu que los tres sentíamos, encontrábamos la ESPERANZA. Esperanza en que esto no quede así. Sentí que los tres nos íbamos a morir seguramente como todos, pero que al menos lo haríamos esperanzados, y eso me consolaba. Que triste tiene que ser vivir sin esperar, sin creer que todo tiene un sentido por descubrir y aprender, como quizás el valorar las cosas que ahora no controlamos y se nos van de las manos; salud, justicia, vida, seguridad… Tan triste que doy gracias a Dios, por tener la capacidad de percibir ese sentimiento.

Ocurra lo que ocurra, creo que me moriré soñando y no triste e impotente. Tendré que dar el duro paso de emprender un nuevo viaje, aparentemente sin mis seres queridos, pero sí soy capaz de superar todas estas miserias que nos ofrece esta vida, también podré con eso, la esperanza  también me lo ha contado. Pero además me ha dicho, que finalmente volveré a estar con todos, en un mundo mucho mejor.

Ahora que se rían los tristes, yo quiero SONREÍR A LA ESPERANZA Y VIVIRLA.

LOVE, Carmen.