¡Hola amigos! Aquí estamos de nuevo apostando por la fe. Ayer tuve que ir a hacer uno de esos trámites que suelen provocar un cierto nerviosismo por diversos temores; ¿me habré dejado algo en casa que necesite y ahora no recuerde?, ¿me tocará ser atendida por un funcionario vago y apático o por alguien enrollad@?, ¿me habré enterado bien de todo lo que tengo que traer? Y reconozco que mis expectativas no eran precisamente positivas por anteriores experiencias algo negativas y mis amigas trataban de quitar hierro al asunto. Finalmente, todo salió más que perfecto.
A estas alturas os preguntaréis que porque os cuento todo esto, sencillo; solemos perder la fe con frecuencia incluso aquellos que sentimos algo especial por ese pedazo maestro que tanto ha revolucionado el mundo durante siglos, pero la fe sigue buscándonos e intentando hacerse entender.
Muchas son las situaciones en las que las consecuencias de nuestra fe o falta de fe deciden el resultado de nuestras incursiones. Muchos pensamientos negativos pueden evitar acercarnos a esa confianza de que, todo irá bien: aparentes fracasos anteriores, sufrimientos, errores cometidos, deseos no cumplidos… Cómo hacer frente a todo ello quizás sea la clave. Quizás frenar lo negativo dejará que entre lo positivo.
Desde esa premisa quiero avanzar. Todo pasa por algo y todo está controlado para que la meta más importante de nuestra vida se cumpla y de paso a todas las demás, ese es el pensamiento que en mí finalmente funciona. Esto explica que a veces te “topes” con alguien desagradable. Tú le necesitas y él te necesita. Sin embargo no siempre es así. Dios aprieta pero no ahoga, especialmente si estás a su lado y puede hacerte entender el camino a seguir para que sea menos tortuoso.
Esta Semana Santa que llega, está llena de esos mensajes. Jesús, el mismo que alzando un brazo paraba una tempestad, o curaba un ciego e incluso resucitaba a los muertos, un día tuvo que “toparse” con unos cuantos hombres desagradables que decidieron cual debía ser su futuro, “la muerte”. Menos mal que sólo duró 3 días y ahora está preparando nuestro verdadero hogar.
El caso es que todo ocurre con un propósito y debemos estar preparados para ello como Jesús hacía de mil modos distintos. A veces es la fe la que mueve una situación que puede ser transformada y otras, hay que dejar que algo malo pase para que algo mejor, OCURRA. Esa es la fe que hoy quería recordaros, aprovechando que YA LLEGA la Semana Santa.
Muchas son las cosas que nos pueden inspirar. Aprovechad esa semana para trascender con la ayuda de esos hermanos que respetuosamente nos hacen recordar aquel momento con final MÁS QUE PERFECTO. Jesús RESUCITÓ para nunca más morir y prometió volver a por los hijos de Dios, ¡TÚ! Estate preparado, llegará pero aún queda toda una aventura por experimentar para crecer.
Yo personalmente querría terminar diciendo que mi novela “Ella estuvo allí”, termina su aventura es estas fechas y aunque me da algo de tristeza que no se haya extendido su historia a más corazones, a mí me ha dado tanto, que sólo puedo decir, GRACIAS. El resto si tiene que ocurrir ocurrirá porque tal vez, así funcionan las cosas: ¿Estás preparad@ para ello?
LOVE, Carmen